Radiografía de… La Lechera Flakes de Nestlé (60g)

La información contenida en esta radiografía de producto, podría tener modificaciones debido a la reformulación que la industria de alimentos y bebidas ultraprocesados realiza constantemente. Te sugerimos que verifiques la fecha de publicación de la radiografía.

22 noviembre, 2012 | : Análisis de productos

22 noviembre 2012. Los cereales de caja se utilizan mucho como una opción para desayunar o merendar. Incluso, existen personas que lo llegan a consumir diario en ambas ocasiones, con la creencia de que están consumiendo un producto saludable.

Por la cantidad tan elevada de azúcar que contiene es preocupante que productos como este cereal se conviertan en parte de la ingesta cotidiana de la población.

Observa la radiografía con la que la nutrióloga Xaviera Cabada, coordinadora de Salud Alimentaria de El Poder del Consumidor, nos desentraña las verdaderas características y el valor nutricional de este producto.

 

La Lechera Flakes de Nestlé (1 plato 60g):

 

Azúcar:

Cada porción de 30 gramos contiene 10.1 gramos de azúcar, lo que equivale a dos cucharadas cafeteras. Sin embargo, la porción que maneja el empaque es una porción pequeña (ver imagen a) y, en general, la población consume un promedio de dos porciones; esto equivale a un tazón normal (ver imagen b). Si consideramos el contenido de azúcar de un tazón normal, la cantidad se duplica a cuatro cucharadas de azúcar añadida.

De acuerdo con la Asociación Americana del Corazón (AAC o AHA, por sus siglas en inglés) la cantidad máxima tolerable de azúcar para una mujer no debe ser mayor a cinco cucharadas. Con un plato normal de cereal se cubre el 85% de la cantidad total para una mujer. Para un niño equivaldría del 106 al 141% de la cantidad máxima tolerada, la cual es de tres a cuatro cucharadas de azúcar, conforme a la recomendación del mismo organismo. Para un hombre cubriría el 61% de la cantidad máxima tolerable, que es de siete cucharadas.

Es importante mencionar que el producto es considerado por la Profeco (Procuraduría Federal del Consumidor) como un cereal para niños (http://www.consumidor.gob.mx/wordpress/wp-content/uploads/2012/03/Cereales_para_ninos.pdf), pero que por las cantidades tan elevadas de azúcar que contiene dista mucho de ser una buena opción para niños, ya que el alto consumo de azúcar se ha asociado a un mayor riesgo a padecer obesidad y diabetes (http://ajcn.nutrition.org/content/84/2/274.full.pdf+html). Una tercera parte del producto es pura azúcar. Se ha observado que los altos consumos de azúcar provocan adicción, por lo cual, una vez que se convierte en hábito es mucho más difícil dejar de consumir (https://www.elpoderdelconsumidor.org/fabricaweb/wp-content/uploads/evidence-intermittent.pdf).

Es preocupante que la población tenga cada vez mayor acceso a este tipo de productos y que éstos se hayan convertido en parte de la ingesta cotidiana. Los cereales de caja se utilizan mucho como una opción para desayunar o merendar. Incluso, existen personas que lo llegan a consumir diario en ambas ocasiones, con la creencia de que están consumiendo un producto saludable.

Otro aspecto importante es que el sabor de este cereal es intensamente dulce. Dado a que la etiqueta establece que es elaborado con cereal integral, es fácil que los padres de familia puedan ofrecerlo a sus hijos como opción. Sin embargo, el sabor es tan dulce que sólo provocará que los niños se acostumbren a sabores tan dulces e intensos, por lo que difícilmente aceptarán después algún alimento natural o sabores más neutros, provocando un desplazamiento de los mismos. Esto contribuye a que se degeneren malos hábitos a largo plazo.

 

Fibra:

El total de fibra por plato es de 2 gramos. Esta cantidad de fibra es muy baja para un adulto, la que debe ser mínimo 25 gramos diarios. Para un niño o adolescente el consumo de fibra recomendable es de 19 a 25 gramos al día.

Un aspecto importante de la fibra es que provenga de distintas fuentes como de granos enteros, frutas y verduras (ver http://www.who.int/dietphysicalactivity/publications/trs916/en/gsfao_obesity.pdf). Por otra parte, se ha demostrado que las dietas bajas en fibra es aumentan el riesgo de cáncer colorrectal (ver http://www.cancer.gov/espanol/tipos/necesita-saber/colonyrecto.pdf).

 

Sodio:

Por plato contiene 258 miligramos o el 11% del requerimiento total de sodio para un adulto, que son no más de 2400 miligramos.

Por otro lado, de acuerdo con el semáforo inglés para productos industrializados, se establece que un producto que contenga entre 120 a 600 miligramos de sodio por cada 100 gramos de producto es considerado moderado en sodio (http://www.food.gov.uk/northern-ireland/nutritionni/niyoungpeople/survivorform/bestreadbefore/signposting).

La relación directa entre mayor consumo de sodio y valores elevados de presión arterial se demuestra en diversos estudios. La ingesta de sodio en la población ha incrementado considerablemente, ya que la dieta tradicional mesoamericana ha cambiado para ser sustituida por lo que se le ha denominado la «dieta occidental» o alimentación basada en productos industrializados altos en azúcares, grasas y sal. Solo algunos productos industrializados están exentos de sodio (http://hyper.ahajournals.org/content/47/2/296.full.pdf+html).

 

Etiquetado:

El etiquetado frontal es sencillo, en él se muestra la imagen utilizada para el producto “La Lechera”, de mismo Nestlé. Los colores que se utilizan son azul y blanco, y se muestra sólo el cereal con las hojuelas y la leche. En la parte posterior se muestra una fotografía de una mamá con su hija en una cocina, riéndose y jugando con masa. La imagen es positiva, alegre y entusiasta; muy distinto a lo que sucede como consecuencia del alto consumo de azúcar.

El etiquetado es la única orientación que el consumidor realmente tiene para conocer cuál es la calidad nutricia de los productos industrializados. Es importante que el etiquetado no induzca al error puesto que está claramente establecido en la norma oficial de etiquetado, NOM-051-SCFI/SSA1-2010 que la información no debe inducir a error y debe ser clara (http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5137518&fecha=05/04/2010).

Contiene una leyenda grande en la parte superior derecha que dice «Hecho con {en letras más chicas} CEREAL INTEGRAL». Sí es hecho con cereal integral, pero la cantidad en realidad es mínima (33%). Por otro lado, en la parte superior izquierda se muestran los GDA’s (Guías Dietarias de Alimentación) generados y utilizados por la misma industria. La información que se muestra no se puede considerar “guía”, ya que en realidad lo que hace es confundir al consumidor. Un ejemplo es que en la información se utilizan denominaciones como “% de los requerimientos diarios recomendados”. Los organismos internacionales no establecen una “recomendación” de azúcar añadida, sino que han establecido una cantidad máxima tolerable. La AHA indica ingestas máximas tolerables de azúcares del 5% y la OMS no más del 10% de las calorías totales. La industria de alimentos y bebidas no maneja estos criterios, por el contrario, ha generado sus propios criterios que carecen de validez científica. Otro ejemplo claro son los valores de azúcar que se proporcionan.

Los valores de azúcar que se establecen en el etiquetado son del 11.2%, sin embargo de acuerdo con las cantidades máximo toleradas de azúcar acorde a criterios internacionales, los porcentajes son totalmente distintos. En este sentido, el porcentaje de azúcar sería del 85% acorde a la AHA y acorde a la OMS cubriría un 42% de la cantidad máxima tolerada.

El tipo de información que utiliza la industria en los etiquetados frontales no tiene sustento científico y se ha demostrado, engaña y desorienta a los consumidores en lugar de orientarlos. Este tipo de información induce a creer que las cantidades, ya sean de calorías, grasas saturadas, sodio o azúcar, son bajas cuando en realidad no lo son. Además, la industria no siempre resalta los mismos nutrientes o utiliza la misma información: adecúan qué tipo de información resaltar dependiendo del tipo de producto.

 

Ingredientes:

Mezcla de cereales [sémola de maíz, maíz integral (33%), azúcar, jarabe de azúcar parcialmente invertido, leche parcialmente descremada condensada azucarada, sal yodada, extracto de malta, fosfato tricálcico, jarabe de maíz de alta fructosa, aceite de palma, saborizante artificial, fosfato trisódico y BHT como antioxidantes].

Aparte de contener cuatro cucharadas de azúcar por plato, contiene cinco diferentes tipos de azucares y aparte saborizante artificial. No sólo contiene Lechera, sino también azúcar normal, jarabe de azúcar, jarabes de maíz, extracto de malta.

Es importante mencionar que se ha comprobado la directa asociación entre altos consumos de azúcar y una mayor probabilidad de padecer diabetes tipo 2. Actualmente, la población hemos estado expuestos a productos con altos contenidos de azúcar y no sólo eso, sino que provienen de diferentes fuentes y con diferentes nombres por lo cual no siempre logramos detectar los altos contenidos. En el caso de este producto, no sólo la cantidad es alta, sino los diferentes tipos de endulzantes también.

Recientemente se publicaron algunos resultados de la Encuesta Nacional de Nutrición 2012 que reveló el alza en la incidencia de diabetes en un 30%. Asimismo, se observa que en los últimos seis años el número de personas con diabetes diagnosticados pasó de 4.3 millones a 6.4 millones, de los cuales sólo 1.6 millones tienen un control adecuado y 1.8 millones ya presentan alguna complicación: falla renal, amputación, infarto o ceguera. Se estima que una cifra similar, es decir, al menos otros 6.4 millones de mexicanos también padecen diabetes, aunque todavía no estén enterados.

El engaño publicitario y en los etiquetados ha contribuido enormemente a los padecimientos que actualmente se viven en el país como el sobrepeso, obesidad y diabetes. Es prioritario que los etiquetados no engañen a los consumidores y no desorienten haciendo alusión a que son buenas opciones de consumo cuando no lo son.

 

Valoración general:

No recomendado para consumo habitual. Se puede consumir de forma esporádica o como postre. No recomendable para niños.

 

Alternativa:

Trigo entero* cocido, con miel y un poco de leche.

No olvidemos que la obesidad es una enfermedad y además es una epidemia, es decir, existe “algo” en el ambiente que está enfermando a la gente. A este ambiente se le ha llamado ambiente obesigénico. A diferencia de otras epidemias que se han presentado en la historia, entre lo que nos está enfermando es el consumo de productos ultra industrializados o lo que se ha denominado la “dieta occidental”. Ésta consiste en el alto consumo de productos con concentraciones elevadas de azúcar, grasa, sal, harinas refinadas y bajos en fibra. La obesidad no es una cuestión de “decisión personal” ya que existe un fuerte engaño con referencia la calidad de los productos que consumimos (Lustig, 2010. http://www.youtube.com/watch?v=277MKP7uV5g).

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* Aunque es difícil encontrar trigo entero, es un buen ejercicio buscar en donde se puede conseguir (regularmente se encuentra en tiendas naturistas) y dar oportunidad a usarlo más frecuentemente en los platillos como buena alternativa.

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