Acuerdo azucarero no debe ser modelo de renegociación del TLCAN

28 agosto, 2017 | : Salud, Salud nutricional

  • Con el acuerdo se pide a los azucareros mexicanos someterse y bajar la calidad de su azúcar para complacer a las refinerías de EU.
  • El gobierno mexicano en esta renegociación sólo ha visto por los intereses de la industria refresquera en lugar de ver por el beneficio económico del país.

28 agosto 2017. En el contexto de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), organizaciones de la sociedad civil y empresarios del productores de azúcar nos manifestamos contra el acuerdo azucarero por ser inconstitucional y beneficiar a las grandes corporaciones estadounidenses productoras de jarabe de maíz de alta fructuosa, a los refinadores de azúcar de aquel país y a las refresqueras que en México se benefician de las importaciones de este producto a precios dumping perjudicando a los azucareros y a las empresas.

Uno de los puntos a los que México se tuvo que someter en esta renegociación fue a bajar la calidad del azúcar, la cual ni siquiera es para consumo humano. Nuestro país está teniendo una mayor entrega a Estados Unidos de azúcar cruda y de menor calidad perdiendo el valor agregado que da la refinación y que ahora obtendrán los refinadores estadounidenses. La exportación de azúcar sin refinar pasa de 47% a 70%, a fin de asegurar un mayor abasto a los refinadores estadounidenses.

Enrique Bojórquez, director de Sucraliq, advirtió la posibilidad de que de seguir con este acuerdo en 2 años se nos exigirá que toda el azúcar que se exporta sea sin refinar, lo que afectaría gravemente a los productores de azúcar del país.

Por su parte, Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor —organización integrante de la Alianza por la Salud Alimentaria—, declaró: “Los principales consumidores de jarabe de maíz de alta fructuosa son las refresqueras. El acuerdo con Estados Unidos fue al servicio de los refinadores de ese país, quienes recibirán el azúcar mexicana no refinada y ellos se quedarán con el valor agregado al hacer este proceso. Por el lado de México, las refresqueras (Femsa Coca-Cola y PepsiCo) seguirán teniendo acceso al jarabe de maíz de alta fructuosa importada a bajo costo, a precio dumping”.

Un ejemplo en donde está ocurriendo lo mismo es en Filipinas, país que produce azúcar de caña como México y en donde las empresas refresqueras, principalmente Femsa Coca-Cola, está importando jarabe de maíz de alta fructuosa de China a muy bajos precios, afectando a los productores de caña de azúcar, como pasa en México. Sin embargo, los cañeros han iniciado campañas de boicot a Coca-Cola y PepsiCo, enfrentando esta política, incluso, con decisiones regionales contra los productos con jarabe de maíz de alta fructuosa.

El gobierno mexicano en esta renegociación sólo ha visto por los intereses de la industria refresquera en lugar de ver por el beneficio económico del país. Cabe mencionar que el acuerdo azucarero incurre en varias violaciones, entre ellas, la firma que da la aceptación de este acuerdo por el subsecretario de Economía, Juan Carlos Baker, quien carece de facultades jurídicas para firmar acuerdos interinstitucionales como es el TLCAN.

Otro de los puntos que comprueba el contubernio que existe entre los gobiernos y las empresas de alimentos y bebidas es que en México no se exige que en el etiquetado de los refrescos se declare el contenido de jarabe de maíz de alta fructuosa, el cual puede tener mayores impactos en la salud, sin embargo en Estados Unidos sí se les obliga a mencionarlo.

Alfonso Ramírez, de El Barzón —también organización integrante de la Alianza por la Salud Alimentaria—, comentó: “Esta negociación es amarga para el azúcar del país. El 55% de la fructuosa que se importa a México está dirigida a la industria refresquera. La actual negociación debilita la capacidad de producción en el país”.

Por su parte, Víctor Suárez, de La Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC) —también organización integrante de la Alianza por la Salud Alimentaria—, puntualizó: “Es necesario descarrilar la renegociación del TLCAN, ya que además de varias organizaciones sociales mexicanas que están en contra, también lo están organizaciones de Canadá y Estados Unidos, en donde hay una serie de demandas contra lo acordado que afecta derechos económicos y ambientales”.

Las organizaciones presentes comentamos que la renegociación del TLCAN no se debe dar sino es un proceso abierto y en donde se tomen los intereses nacionales por encima de las corporaciones.

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