Inicia corredor Izazaga-Tlalpan con fallas que demeritan la renovación del servicio de transporte público en la Ciudad de México

  • Los usuarios pierden de 15 a 20 minutos sobre el corredor Izazaga-Tlalpan ante la falta de coordinación y profesionalización.
  • El servicio se ejecutó sin socializar con el usuario las modificaciones que tendría el corredor, lo que trajo descontento ante una buena iniciativa de transporte público.

14 diciembre 2017. Ante la reciente puesta en marcha del corredor Izazaga–Tlalpan, El Poder del Consumidor realizó una evaluación sobre el servicio que se está ofreciendo a los usuarios. En el análisis realizado se detectaron fallas y carencias técnicas, la ausencia de campañas de socialización para anunciar la entrada del nuevo corredor y una falta de coordinación entre los diversos servicios que se ofertan.

Debido a lo anterior, El Poder del Consumidor hizo un llamado al gobierno de la Ciudad de México y a la Secretaría de Movilidad para que implementen corredores que garanticen la profesionalización del servicio y cumplan con los lineamientos establecidos en la Declaratoria de Necesidad1 publicada en la Gaceta de la Ciudad de México para privilegiar la movilidad en el transporte público con un sentido de calidad en el servicio.

El nuevo corredor tiene como objetivo la sustitución de microbuses y vagonetas de baja capacidad con una vida útil de 20 a 30 años y con tecnologías obsoletas en controles de emisión.

Para ello, se buscó profesionalizar el servicio y pasar de un esquema hombre-camión (caracterizado por la existencia de concesiones individuales y competencia desleal por el pasaje) hacia un modelo empresarial capaz de articular y operar de forma coordinada 14 ramales que competían sobre Tlalpan.1 Esta acción debería permitir tener un servicio programado y continuo de acuerdo con los aumentos y bajas en la demanda.

Respecto a lo anterior, Víctor Alvarado, coordinador de Movilidad Urbana y Transporte Eficiente de El Poder del Consumidor, declaró: “No se trata únicamente de sustituir microbuses por autobuses. El problema es la falta de profesionalización del servicio, incluidos despachadores, operadores y equipo de gestión. En esta implementación no se incluyó un equipo técnico especializado y de estrategias de comunicación, donde el usuario forme parte del proceso de renovación y actualización del servicio, y se atiendan eficazmente las necesidades de movilidad en términos de reducción de tiempo de traslado y en condiciones de seguridad.”

En la evaluación realizada en el corredor Izazaga–Tlalpan se pudo constatar que el usuario percibe el servicio de forma negativa, ya que deben enfrentar una seria de fallas que demeritan el servicio y frenan el proceso de adaptabilidad del nuevo corredor.

Lo que se encontró en la evaluación fue lo siguiente:

  1. No hay una programación integral del servicio: Cada ramal define su tiempo de salida sin una sincronización entre los diferentes destinos. Por ejemplo, las tres bases ubicadas en Pino Suárez ofrecen corridas simultáneas con destinos similares, olvidando enviar unidades a otros destinos. Como consecuencia, los usuarios deben esperar de 10 a 20 minutos poder abordar un autobús en terminales y paradas establecidas.
  2. No hubo estrategias de comunicación para socializar la entrada del nuevo esquema de operación en el corredor: El servicio entró en operación de un día para otro sin dar aviso a los usuarios de las modificaciones que se tendrían, entre ellas, el aumento en la tarifa, paradas establecidas, y la prohibición de los ascensos y descensos en cada esquina. Estas modificaciones si hubieran sido comunicadas de forma correcta, los usuarios no tendrían una percepción negativa de estos cambios que son para una mejora en el servicio.
  3. El servicio exprés quedó en el olvido: Anteriormente, sobre Tlalpan operaba un servicio exprés que reducía los tiempos de los usuarios significativamente. El tramo que va de Pino Suárez al Estadio Azteca se recorría en 27 minutos. Sin embargo, el servicio actual se realiza en un tiempo promedio de 35 a 45 minutos y en horas de máxima demanda puede llegar a ser de más de 1 hora.
  4. Condiciones de accesibilidad reprobadas: Los autobuses carecen de un diseño y configuración que permita a un usuario con silla de ruedas, muletas o movilidad limitada abordar este tipo de autobuses, ya que cuentan con escalones y al interior carecen de espacios suficiente.
  5. Sin carril preferencial para el transporte público: De acuerdo con lo establecido en la Declaratoria de Necesidad publicada en la Gaceta Oficial se deben tener carriles preferenciales para el transporte público, no obstante, sobre Tlalpan se mantiene las mismas condiciones viales que dan prioridad a la circulación de vehículos particulares, frenando la preferencia del transporte público sin que haya una reducción en los tiempos de viaje.

En cuanto a la tarifa un viaje de ida y vuelta en el nuevo corredor Izazaga–Tlalpan es de $14 pesos. Ante este aumento algunas personas optaron por utilizar el Tren Ligero, que tiene una tarifa de $3 pesos. Esto evidenció la vulnerabilidad de este transporte al mostrar la falta de trenes, infraestructura subutilizada y la saturación del servicio. Al utilizar el servicio de Tren Ligero, un usuario puede ahorrar hasta $8 pesos con respecto al nuevo corredor.

Es importante mencionar que el incremento en la tarifa en el nuevo servicio no refleja los costos reales de la operación, la gestión y el mantenimiento del servicio. Esto sin mencionar los costos erogados por los transportistas, quienes deben hacer una inversión inicial de entre $2.5 y $2.8 millones de pesos para la adquisición de un autobús, por lo que pensar en bajar la tarifa en este servicio sería una falsa solución.

Ante este escenario lo que realmente daría una solución efectiva al problema del transporte público sería tener políticas públicas que mejoren los salarios mínimos y, por otro lado, que el gobierno, tanto federal como local, trasladen el subsidio otorgado al automóvil hacia el desarrollo de transporte público de calidad.

No obstante, en la asignación del gasto público a nivel nacional se continúa privilegiando al automóvil. En 2015, de los fondos de la inversión federal, se destinó 47% a creación y mantenimiento de infraestructura vial2 dirigida al uso del automóvil y solo el 6% a desarrollo de proyectos de transporte público. Revertir esta tendencia nos permitiría gozar de un transporte público de calidad.

Por último, El Poder del Consumidor señaló que el corredor Izazaga–Tlalpan obtuvo un fondo de $30.3 millones de pesos por parte de la Secretaria de Medio Ambiente y Recurso Naturales (Semarnat), bajo el rubro de proyectos operativos de mitigación bajos en carbono de transporte público3 y adaptación al cambio climático. Por ello, es importante que se transparente el uso de estos recursos y se utilicen para realmente generar las condiciones que mejoren de forma real el transporte público sobre Tlalpan, incluyendo la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

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  1. De acuerdo con: data.consejeria.cdmx.gob.mx/portal_old/uploads/gacetas/27a70564d0cb999663a62257ab25bee3.pdf.
  2. Dato recuperado en: invertirparamovernos.itdp.mx/#/resultados.
  3. Dato en: www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/257127/falloconvocatoria1017.pdf.

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