Es necesario regular la publicidad infantil

La autorregulación es ineficaz

7 octubre 2008. La estrategia con que las empresas procesadoras de alimentos pretenden “autorregular” su publicidad dirigida al público infantil no impedirá que los anuncios sigan afectando los hábitos alimentarios de los niños y agravando la epidemia de obesidad y sobrepeso en México. Por ello, legisladores, académicos y El Poder del Consumidor coincidieron en que, al margen de los acuerdos entre empresas, es necesario crear leyes que regulen esa publicidad.

Aunque el Consejo de Autorregulación y Ética Publicitaria (CONAR) pondrá en operación a partir de 2009 el “Código de Autorregulación en Publicidad de Alimentos y Bebidas Infantil (PABI)”, diversos sectores advierten que eso no servirá.

Ese código “no aporta nada que no esté previsto en las leyes mexicanas y es demasiado permisivo. Incluso permite la publicidad en la que se utilizan formas de manipulación como el uso de personajes populares bajo licencia, reales o ficticios”, advirtió Fernando García Sais, uno de los más destacados especialistas en publicidad, autor del libro “El Derecho de los Consumidores a la Información: una aproximación a la publicidad engañosa en México”.

También ex director de Publicidad de Profeco, añadió: “El procedimiento de aplicación del Código PABI tiene varios defectos como la nula participación de las autoridades y representantes de asociaciones civiles, además sus sanciones son ineficaces. Por eso, el código no debe ser utilizado en lugar de la ley ni las autoridades deben confiar en que resolverá los problemas de la publicidad”.

Por su parte, la senadora Martha Sosa del PAN señaló: “Los productos que se publicitan para niños, en su mayoría, carecen de todo valor nutricional y su engañosa publicidad provoca en los menores el deseo de comerlos sin tener en cuenta las consecuencias sobre su salud”. Por ello, explicó que ha propuesto cambios en la Ley Federal de Protección al Consumidor para definir los lineamientos que debe acatar la publicidad dirigida a la población infantil y para prohibir obsequios en la compra de este tipo de productos.

El diputado federal Alejandro Sánchez Camacho, del PRD, declaró que la evidencia científica reconoce que la publicidad dirigida a niños está atentando contra el derecho constitucional a la salud y, por lo tanto, es una obligación del poder ejecutivo y legislativo prohibir ese tipo de publicidad. Y precisó: “Si no han avanzado leyes para regular la publicidad dirigida a niños y la presencia de comida chatarra en las escuelas es por la fuerte influencia de las empresas sobre varios grupos de legisladores”.

Por su parte, el director de EPC, Alejandro Calvillo, demandó una legislación inmediata que prohíba la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a niños. Además, responsabilizó a los poderes ejecutivo y legislativo de la epidemia de sobrepeso y obesidad que enfrenta México, por permitir el desarrollo de un ambiente obesigénico. Destacó que los códigos de autorregulación no sólo han fracasado en diversos países sino que el código mexicano es autocomplaciente y no incluye sanciones económicas.

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