Foro: Opciones de transporte eficiente
Actualmente, por cada niño que nace en el DF se incorporan dos automóviles a la circulación. Esa es la mejor expresión de un esquema de transporte ineficiente, disfuncional y condenado al colapso, en perjuicio de toda la ciudadanía. Por ello, es indispensable y urgente impulsar un transporte público eficiente, seguro y articulado con las demás formas de transporte, tanto en el DF como en las demás concentraciones urbanas de México.
Este fue uno de los planteamientos de los especialistas que participaron en el Foro “Opciones de transporte eficiente para usuarios y consumidores”, organizado por El Poder del Consumidor y el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, que se llevó a cabo el 18 de noviembre en la Ciudad de México.
En la mesa Colapso vial y transporte público participaron Germán Freiberg, director de Sistemas de Transporte en el Centro de Transporte Sustentable; Rodrigo Puchet, coordinador de la Dirección General del Metrobús; y Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor.
Esta mesa aportó algunos datos contundentes:
-En las ciudades, el número de viajes al día es casi el triple del total de la población local. Por ejemplo, el Valle de México tiene 19 millones de habitantes y 48.7 millones de viajes al día; en Guadalajara hay 4.3 millones de habitantes y 11 millones de viajes.
-Intentar atender este volumen de traslados con vehículos de baja capacidad (microbuses, combis, taxis) o con automóviles particulares condena a las ciudades al colapso vial (en el DF la velocidad promedio se ha reducido a 17 kilómetros por hora y sigue descendiendo).
-Cada año, 250 mil vehículos se suman al parque vehicular privado en el DF. Esto significa que por cada niño que nace en la capital del país ingresan a la circulación dos automóviles.
-El transporte es la segunda actividad que más emite gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático.
-La experiencia internacional demuestra que la mejor opción y la más económica es el transporte de gran capacidad y en carriles confinados, como el Optibús de León y el Metrobús del DF (y próximamente, el Macrobús de Guadalajara).
-Construir un kilómetro de este tipo de transporte cuesta de 3% al 10% de lo que se debería invertir en un kilómetro del sistema Metro.
-En el DF, el Metrobús redujo: 60% los tiempos de traslado; 95% los accidentes al interior del transporte; 50% los accidentes entre autobuses y automóviles. Además recortó las emisiones de dióxido de carbono en 60 mil toneladas.
-Restituir a las ciudades una dimensión humana, con un equilibrio entre los diversos modos de transporte (incluyendo áreas libres de automóviles),
En la mesa Eficiencia vehicular y apertura de mercado participaron Miguel Ángel Regidor, de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automóviles; Gustavo Alanís, presidente del Centro Mexicano de Derecho Ambiental; Iván Islas, director de Economía Ambiental en el Instituto Nacional de Ecología; y Gerardo Moncada, coordinador de Investigación y Comunicación en El Poder del Consumidor.
Esta mesa puso énfasis en los siguientes aspectos:
-Se requieren políticas que promuevan la eficiencia de los automóviles que circulan en México, ya que de los 2.4 millones de vehículos particulares que cada año entran a la circulación en todo el país 60% son autos “chocolate” que en el 80% de los casos ya han cumplido su vida útil en Estados Unidos.
-Una opción para regular la entrada masiva de esos autos a México (1.4 millones al año) es establecer la verificación vehicular obligatoria a todo el país.
-La entrada masiva de autos usados extranjeros y el incremento de las camionetas está reduciendo la eficiencia del parque vehicular en su conjunto, que bajó de 12.2 kilómetros por litro a 10.8 km/l.
-Brindar a los consumidores información en el sitio de venta acerca del rendimiento de los vehículos nuevos (kilómetros que recorre por litro de combustible) y su impacto ambiental (gramos de dióxido de carbono que emite por kilómetro recorrido), como ya lo hacen países europeos.
-Promover entre los consumidores el criterio de “persistencia”, es decir, la capacidad que tienen los vehículos para conservar sus características al paso del tiempo.
-La necesidad de una norma oficial para vehículos nuevos que establezca un mínimo de eficiencia aceptable: 10.8 km/l y 130 gramos de CO2 por kilómetro (más de la mitad de las armadoras ya están por arriba de estos parámetros).
Tanto en el transporte público como en el privado, se reconoció la necesidad de impulsar una nueva cultura vial que permita reconocer los beneficios de los diversos modos de transporte y fomente la convivencia y el bienestar colectivo.