No entres en pánico, protégete

24 abril, 2009 | : Salud, Salud nutricional

24 abril 2009. El brote de influenza porcina que vive nuestro país ha generado una alerta internacional pero también una oleada de especulación y confusión que no ayuda a que el consumidor tome las mejores decisiones. Las miles de personas que sufren un resfriado común, dolor de cabeza, sinusitis o irritación en ojos o en garganta hoy caen atrapados por el pánico de padecer influenza. Y la preocupación, el miedo o el stress sólo causan desgaste físico y merman el sistema inmunológico.

Es importante entender que la influenza es una enfermedad curable, sobre todo si identificamos oportuna y correctamente los síntomas. Esta es la clave, contra la cual actúan el miedo y la automedicación.

Cuándo acudir al médico:
Un indicador es tener fiebre, más de 39 grados, pero no como único síntoma. También deben presentarse otros:
En el caso de personas sanas:
• Dolores de cabeza, en la garganta y en el cuerpo
• Sensación de cansancio intenso

Adultos con síntomas agudos:
• Dificultad para respirar
• Síntomas de trastorno de la conciencia
• Vómitos o diarrea

Niños con síntomas agudos:
• Dificultad para respirar
• No despierta o muestra gran irritabilidad
• Convulsiones
• Rechazo a tomar líquidos
• Vómitos o diarrea

Para las personas que venían padeciendo problemas pulmonares, cardiacos o que son diabéticos, deben poner atención a:
• Dolor de cabeza, garganta y cuerpo

Los médicos recomiendan: si sólo identificas alguno de los síntomas mencionados en un miembro de tu familia, sepáralo del resto y pon atención al desarrollo de ese malestar. Si comienzan a presentarse los demás síntomas debes acudir al médico.

Se pueden reportar casos al: 01800-123-1010.

La automedicación
Automedicarse no es recomendable porque no todos los antivirales son eficaces. Hasta el momento sólo el Zanamivir (Relenza) y el Oseltamivir (Tamiflu) ha demostrado efectividad contra este nuevo tipo de virus de influenza, pero su efectividad depende de la adecuada prescripción médica, una vez confirmado el contagio.

Además, el consumo de antivirales sin prescripción puede generar la resistencia del virus o su mutación, lo cual dificultará su tratamiento.

En cuanto a la vacunación, ésta suele realizarse para prevenir la influenza estacional (a fines del otoño), con una vacuna específica cada año de acuerdo a la mutación del virus y se realiza al menos dos semanas antes del probable brote viral, para dar tiempo a que se produzcan los anticuerpos.

Cómo prevenir el contagio:
-Mantenerse alejado de personas con infecciones respiratorias
-Lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón
-Comer frutas y verduras ricas en vitaminas A y C (zanahoria, papaya, guayaba, naranja, mandarina, lima, limón y piña)
-Tomar agua y mantenerse activo
-No compartir alimentos, vasos o cubiertos
-No saludar de beso o mano a personas enfermas
-Ventilar y permitir la entrada de rayos solares en casas, oficinas y lugares cerrados, pero sin crear corrientes bruscas de aire
-Mantener limpias las cubiertas de cocina y baño, manijas y barandales, así como juguetes, teléfonos y objetos de uso común
-No fumar en lugares cerrados, ni cerca de niños, ancianos o enfermos
-Evitar espacios concurridos en etapas críticas del contagio
-No exponerse a cambios bruscos de temperatura
-Evitar la exposición a contaminantes ambientales
-No automedicarse

El tapabocas

No impide el paso de un virus. El cubrebocas pretende proteger del contacto con las micro gotas -flugge- de saliva que emitimos al hablar o estornudar. Se debe usar en espacios concurridos. El Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades advierte que el cubrebocas no sirve en la calle.

Por otro lado, no conviene usarlo largas horas, ya que la respiración genera humedad (el entorno ideal para el virus). Quienes no están enfermos, lo pueden lavar y volver a usar en caso de que no esté roto o roído. Los ojos son un órgano por el que también entran los virus, de ahí que usar anteojos mejora la protección.

Es importante tener presente que el virus no flota en el aire; es por contacto como se adquiere el contagio.

¿Y el trabajo?

Una práctica difundida en países como Estados Unidos, Alemania y Reino Unido es el trabajo a distancia.

Aunque en México la mayoría de los directivos y jefes creen que un trabajador sólo es productivo en la oficina, las condiciones de alerta sanitaria llevan a explorar otras formas de medir el desempeño.

Trabajar desde la casa no sería algo estrictamente novedoso, pues se estima que alrededor de dos millones de mexicanos ya lo hacen y que un tercio de los 23 millones de internautas que existen en el país hacen uso del correo electrónico con fines laborales. Una crisis sanitaria podría ser atendida con un cambio en la dinámicas laborales.

Espacios informativos

Oportunistas anunciantes (cloro, jabones) han lanzado campañas televisivas para mostrarse como los que mejor combaten los virus en el hogar. Esto no es cuestión de marcas, sino de cuidados básicos de limpieza.

Algo importante: no confíes en locutores que venden medicamentos.

Notas relacionadas:

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>¿La epidemia provino de  granjas Carroll?