Empresas obstaculizan reducción de obesidad
27 noviembre 2012. Sólo los países en los que el Estado ha asumido la responsabilidad de regular la publicidad, el etiquetado y la presencia de alimentos procesados y bebidas en las escuelas, es donde se ha logrado enfrentar la obesidad, señalaron expertos internacionales en nutrición, salud pública y legislación al participar en el foro “Obesidad: Alternativas y obstáculos para la Salud Pública en América Latina”.
En este encuentro, los expertos miembros del poder ejecutivo y del legislativo y organizaciones civiles de diversos países de América Latina abordaron los avances, obstáculos y posibilidades para combatir la obesidad, que se ha convertido en el mayor problema de salud pública en gran parte de la región.
Los participantes señalaron la necesidad de implementar ordenamientos, señalando que la autorregulación empresarial no cumple la función del Estado de garantizar el derecho a la salud pública. Se pronunciaron por la necesidad de garantizar que en las escuelas sólo existan alimentos y bebidas saludables, que se prohíba la publicidad de productos no saludables dirigida a la infancia y se establezcan etiquetados obligatorios que realmente orienten a los consumidores y adviertan los riesgos que representan el consumo regular de este tipo de productos.
El senador Guido Girardi de Chile y el diputado Jaime Delgado de Perú, junto con el ministro de Educación Pública de Costa Rica, Leonardo Garnier, coincidieron en la necesidad de que las políticas públicas se diseñen por expertos libres de conflicto de intereses y fuera de la influencia de los objetivos empresariales, explicando que debe prevalecer el derecho a la salud por encima de intereses económicos empresariales.
“Es una responsabilidad de la sociedad en su conjunto, de los padres y madres, de los medios de comunicación, de las organizaciones sociales, pero sobre todo de los gobiernos: generar tanto los entornos adecuados como las regulaciones indispensables para frenar y revertir esta tragedia. No es un reto fácil, ya que implica no sólo enfrentar una enorme maquinaria de mercadeo y una cultura muy poderosa de consumo fácil y cómodo, sino también intereses muy fuertes que se resisten a cualquier tipo de regulación efectiva. La epidemia, sin embargo, es tan evidente, que poco a poco la sensatez empieza a prevalecer”, señaló el ministro costarricense Leonardo Garnier.
El funcionario añadió que se vive una epidemia cuyas consecuencias no se verán en el futuro sino que se están viendo hoy, con niños y niñas obesos, diabéticos y con síndrome metabólico, entre otras enfermedades.
Por su parte, el senador Girardi alertó que las empresas que venden comida chatarra se han transformado en las tabacaleras del siglo XXI que fundan su estrategia en la publicidad engañosa, en etiquetados crípticos imposibles de comprender a través de usar el azúcar y la sal dirigida fundamentalmente a los niños. “Estamos cableados neurológicamente para buscar la sal y el azúcar, al igual que en el tabaco, una persona adulta que no se ha hecho adicta a la sal, la grasa y el azúcar es muy difícil que lo haga posteriormente. Toda la estrategia de las empresas está dirigida a los niños para hacerlos adictos a la comida chatarra, igual que las tabacaleras”, señaló.
El legislador explicó que casi dos tercios de las muertes hoy día corresponden a infartos, accidentes vascular, cáncer, complicaciones de la hipertensión y la diabetes, y gran parte de la carga de enfermedad, como la depresión, la artrosis, osteoporosis, están relacionadas con los estilos de vida, particularmente con el consumo de alimentos que son altos en azúcar, grasas y sal y la falta de actividad física.
El diputado Delgado, quien también es Presidente de la Comisión de Defensa del Consumidor del Parlamento Latinoamericano, explicó que se debe entender que la alimentación está directamente relacionada con la salud de la población, por lo que se convierte en un tema de interés público.
“Lamentablemente la alimentación se ha dejado a las reglas del mercado, como si se tratara de cualquier otra mercancía, zapatillas, corbatas, etc., sin tener en consideración que vía alimentación podemos garantizar salud de la población o enfermedad y muerte. El resultado es que hoy millones de personas mueren cada año como consecuencia de una alimentación no saludable promovida por la industria y en la que invierten cientos de millones de dólares cada año, teniendo a su disposición todos los medios de comunicación y de marketing”, señaló el diputado peruano.
El legislador advirtió que esta pandemia mundial de obesidad y las consecuencias de las enfermedades crónicas vinculadas a la mala alimentación está causando mucho sufrimiento y está desestabilizando la economía de los sistemas de salud en muchos países. “Por eso es hora de tomar medidas drásticas para regular la publicidad de alimentos procesados, informar mejor a los consumidores con etiquetados claras y persuasivas, promover la actividad física, fomentar la educación nutricional, restringir la venta de comida chatarra en las escuelas. Pero más importante que todo eso es iniciar un programa muy potente para promocionar por todos los medios posibles la alimentación y los estilos de vida saludable”, afirmó.