Premio CONACyT-Coca-Cola en medicina: Ciencia y transparencia

1 septiembre, 2015 | : Salud, Salud nutricional

  • México está en los ojos del mundo por ser uno de los países con más alta prevalencia de obesidad y por ser uno de los primeros en implementar un impuesto a las bebidas azucaradas como medida de control para la epidemia de obesidad.
  • El premio CONACyT-Coca-Cola puede generar suspicacias respecto a una indebida influencia de intereses comerciales sobre la actividad científica mexicana.
  • Nuestro país es uno de los mayores consumidores de refrescos en el mundo: 80% de los adolescentes y 71% de los adultos consumen al menos una bebida azucarada al día.

Por: Martin Lajous · Ruy López-Ridaura | Nexos

1 septiembre 2015. . México está en los ojos del mundo por ser uno de los países con más alta prevalencia de obesidad y por ser uno de los primeros en implementar un impuesto a las bebidas azucaradas como medida de control para la epidemia de obesidad. De manera concurrente, hace tres meses el mismo Estado mexicano, a través del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT), se asoció con la Fundación Coca-Cola y el Instituto de Bebidas para la Salud y el Bienestar (también parte de Coca-Cola) para de manera colaborativa invitar a la comunidad científica a participar en un premio para el “mejoramiento de la salud de la población mexicana”.1 Esto sucede cuando Coca-Cola enfrenta un escándalo por su papel en el financiamiento de científicos para apoyar mensajes que desvían la atención del impacto de las bebidas azucaradas en el aumento de peso,2 por lo que el premio CONACyT-Coca-Cola puede generar suspicacias respecto a una indebida influencia de intereses comerciales sobre la actividad científica mexicana.

En las últimas décadas la obesidad y las enfermedades crónicas asociadas han sufrido un dramático aumento que representa un importante reto para nuestro sistema de salud. Uno de cada tres niños mexicanos y siete de cada 10 adultos tienen sobrepeso u obesidad. Nuestro país es uno de los mayores consumidores de refrescos en el mundo:3 80% de los adolescentes y 71% de los adultos consumen al menos un refresco (azucarado) al día.4 Existe amplia literatura5 (incluyendo ensayos experimentales)6 vinculando el consumo de bebidas azucaradas con el aumento de peso. Reconociendo la necesidad de implementar políticas de control de la obesidad, el Estado ha implementado un impuesto al consumo de bebidas azucaradas y estudios preliminares sugieren un impacto en la disminución en el consumo de bebidas azucaradas.7

Nuestro sistema de salud enfrenta fuertes presiones por el creciente número de personas con enfermedades crónicas, por lo que existe una necesidad urgente generar información científica que permita guiar políticas de prevención y control de estas enfermedades. Hasta hace algunos años, los fondos para investigación en medicina provenientes del CONACyT se limitaban a un fondo sectorial y un fondo de investigación básica. Recientemente, el CONACyT amplió este portafolio a través del fondo de investigación para atender problemas nacionales. Sin embargo, y a pesar de la importancia y del sustancial apoyo que suponen estos fondos públicos, el nivel de financiamiento es insuficiente, por lo que resulta imprescindible contar con nuevas fuentes de financiamiento para la investigación en salud.

La colaboración entre investigadores académicos y la industria privada es un esquema que ha demostrado ser de gran utilidad para mejorar el desarrollo científico y la competitividad en el sector salud. Este tipo de alianzas no representan un problema ético per se. Sin embargo, existen claras diferencias entre los financiamientos privados y los públicos, tanto en su motivación, como en los procesos de adjudicación y difusión de resultados que vale la pena señalar. Los objetivos de la investigación que promueven las empresas privadas están directa o indirectamente alineados con sus intereses comerciales, y no necesariamente con el objetivo de mejorar la salud pública. Dado que las empresas tienen completa libertad para establecer las relaciones financieras que consideren necesarias con la comunidad académica, los investigadores que recibimos su apoyo financiero asumimos el riesgo de una pérdida de independencia científica (real o percibida). Así, después de declarar nuestras fuentes de financiamiento y posibles conflictos de interés, debemos convencer a nuestros pares de que las conclusiones a las que llegamos son independientes de nuestras relaciones con las instituciones financiadoras.

El uso de fondos provenientes de la industria alimenticia por científicos académicos en salud es común y aceptado. Sin embargo, la experiencia internacional con la industria de bebidas azucaradas sugiere riesgos importantes para la objetividad científica. En 2013, un análisis de estudios sobre bebidas azucaradas y obesidad determinó que la probabilidad de concluir que no existe una asociación entre bebidas azucaradas y obesidad fue cinco veces mayor en aquellos estudios que declararon recibir financiamiento de la industria de estas bebidas en comparación con aquellos que declararon no tener un conflicto de interés.8 En agosto del 2015, el New York Times publicó un artículo9 que detalla como Coca-Cola reclutó a un grupo de científicos reconocidos para minimizar el papel del consumo de calorías en la epidemia de obesidad. Asimismo, Coca-Cola financia una organización sin fines de lucro que promueve la idea de que para mantener un peso saludable es más importante hacer ejercicio que reducir el consumo de calorías en la dieta, aun cuando la evidencia científica muestra lo contrario. Expertos ven aquí una estrategia para desinformar al público y contrarrestar la disminución en ventas de estas bebidas y la implementación de políticas públicas para reducir su consumo. Uno de los expertos en salud pública citados por el New York Times señala que el apoyo financiero de Coca-Cola a investigadores es una táctica similar a la que usó la industria tabacalera cuando reclutó a científicos para ser “mercaderes de la duda” sobre los efectos nocivos del consumo de tabaco.

A primera vista, la convocatoria del premio CONACyT-Coca-Cola parece no ser muy distinta de otras convocatorias para financiamientos científicos. Cuenta con el logo de CONACyT y lleva el nombre de un prestigiado científico y médico mexicano. Los proponentes deberán registrarse y enviar sus propuestas en una plataforma electrónica, las cuales serán inicialmente evaluadas de manera electrónica por un comité integrado por ocho investigadores nacionales nivel III del Sistema Nacional de Investigadores del CONACyT y los finalistas presentarán el proyecto ante el jurado que determinará el ganador.

Sin embargo, la naturaleza del premio CONACyT-Coca-Cola, es, cuando menos, peculiar tanto en su fondo como en su forma. En primer lugar, porque Coca-Cola vende productos que la comunidad científica ha reconocido como dañinos para la salud y cuyo consumo el Estado mexicano busca reducir. Segundo, porque existen antecedentes que sugieren que los investigadores financiados por Coca-Cola pierden su independencia científica y promueven, de alguna manera, mensajes al público vinculados a sus intereses comerciales. Y finalmente, (y quizá el aspecto de mayor gravedad) porque la convocatoria parece asignar a CONACyT un rol exclusivamente de promotor.

El CONACyT es el responsable de articular el desarrollo científico y sentar los estándares de la calidad de la labor científica en nuestro país. Esta institución no puede ser agnóstica respecto a los antecedentes de las empresas con las que colabora, ni sobre las posibles consecuencias de esta relación. En los términos que se ha definido la colaboración con la empresa Coca-Cola para este premio, CONACyT corre el riesgo de exponer a investigadores a relaciones que pueden afectar la percepción de su independencia científica y vulnerar la credibilidad de la información científica que generan; por ejemplo, las bases del premio comprometen a los autores ganadores a participar durante cuatro años en actividades de difusión de Coca-Cola y durante cinco años ceden el uso de su imagen, voz y materiales derivados del premio. Al ser arropada por el CONACyT, Coca-Cola gana prestigio como una empresa socialmente responsable, recibe un beneplácito que le da acceso a la comunidad científica mexicana y obtiene un “embajador” científico. El CONACyT gana un comunicado de prensa y dos millones de pesos que podrá contabilizar como inversión en investigación médica en el país.

Contar con criterios claros para desarrollar asociaciones público-privadas relacionadas con fondos de investigación en salud pública, en particular cuando éstas conciernen a alimentos y nutrición, resulta prioritario.10 Como rector de la ciencia en México, el CONACyT tiene aún la oportunidad de, con base en su experiencia, reencauzar el esfuerzo invertido en la generación del premio CONACyT-Coca-Cola (idealmente en el periodo previo a que finalice la competencia), aplicando sus criterios de calidad habituales y estableciendo mecanismos de transparencia y rendición de cuentas ante la sociedad.

Primero, como lo hace en otras convocatorias, el CONACyT podría ayudar a Coca-Cola a definir claramente prioridades en investigación en biomedicina que reflejen las necesidades del país (enfermedad renal, diabetes…). Adicionalmente, esto permitiría a los investigadores enfocar sus esfuerzos, aseguraría que los proyectos pudieran ser analizados a profundidad y en tiempo (la última convocatoria de salud se vio desbordada por el número de solicitudes)11 y que el jurado calificador estuviera conformado por expertos en las áreas prioritarias.

Segundo, el premio debería especificar que para que un proyecto pueda competir este debe ser presentado por una institución que sea parte del Registro Nacional de Instituciones y Empresas Científicas y Tecnológicas (Reniecyt). Este es un criterio básico que el CONACyT usa para asegurar que las instituciones receptoras cuenten con experiencia en investigación y sean capaces de ejercer eficientemente y de manera transparente los recursos. En el caso del Premio CONACyT-Coca-Cola este criterio está ausente.

Tercero, la convocatoria para el premio CONACyT-Coca-Cola podría definir con mayor claridad los criterios y procesos de evaluación de los proyectos. Hacerlo así sirve de guía para los investigadores, facilita la labor de los evaluadores y permite sustentar de manera transparente decisiones de asignación de recursos. Tomando como guía experiencias internacionales,12 la relevancia científica, la capacidad del proponente, el potencial de innovación, la estrategia de investigación y el ambiente científico donde se desarrollará el proyecto, deberían ser evaluados y calificados de manera independiente y promediados en una calificación final de impacto. Hoy la convocatoria indica que los proyectos presentados se calificarán “tomando en cuenta los criterios establecidos”, sin hacer público dichos criterios.

Cuarto, de forma acertada, la convocatoria CONACyT-Coca-Cola publica los nombres y el historial académico de los miembros del Comité del Jurado Calificador. Sin embargo, dado que el premio se desarrolla en colaboración con una empresa privada será importante que los miembros declaren sus potenciales conflictos de interés, tal y como se sugiere se lleve a cabo en procesos de revisión de pares en revistas académicas.13 A su vez, los investigadores ganadores deben estar conscientes que en muchos foros y revistas deberán declarar por varios años su potencial conflicto de interés por recibir fondos de Coca-Cola.

Quinto, sería fundamental asegurar que tanto los resúmenes de los proyectos sometidos (incluyendo aquellos que no cumplieron con los requisitos administrativos) como los resúmenes seleccionados en las diferentes fases fueran públicos, lo que permitiría una evaluación por pares independientes de la convocatoria y así la rendición de cuentas sería más clara y efectiva. Las propuestas de financiamiento enviadas al CONACyT son sometidas a través de una plataforma electrónica, la cual centraliza la información del proponente, su institución, la propuesta y la evaluación. Esta información en su gran mayoría es pública y cualquier persona puede tener acceso a ella a través del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai). Actualmente, los investigadores que participen en el premio CONACyT-Coca-Cola someten su propuesta a través de un sitio de internet externo al CONACyT diseñado específicamente para el premio. Esta información no será necesariamente pública.

Sexto, sería importante que los reportes parciales y finales resultantes del premio CONACyT-Coca-Cola, así como las comunicaciones entre los ganadores del premio y Coca-Cola sean públicos. Esto permitirá entender el proceso desde la generación de datos a la publicación de resultados para establecer con claridad que Coca-Cola no jugó ningún papel en la interpretación de resultados y en las conclusiones y difusión del estudio. De acuerdo con las bases publicadas del premio, el seguimiento del desarrollo y difusión de los resultados parece ser responsabilidad exclusiva de Coca-Cola, a través del Instituto de Bebidas para la Salud y el Bienestar.

El CONACyT cuenta con 45 años de experiencia y con la capacidad técnica para implementar medidas que transparenten su relación con el sector privado y con la asignación de recursos. El premio CONACyT-Coca-Cola ofrece una oportunidad para pensar cuidadosamente los lineamientos que utiliza el CONACyT para establecer colaboraciones estratégicas con el sector privado en general y con la industria alimenticia en particular. Generando guías de acción, el CONACyT podría sentar un precedente en la naturaleza de las alianzas entre instituciones públicas nacionales y la industria. Instituciones como la Asociación Mexicana de Miembros de Facultades y Escuelas de Nutrición (AMMFEN), la cual anunció recientemente un premio de investigación financiado por Coca-Cola,14 podría beneficiarse de estándares nacionales definidos por el CONACyT.

Las alianzas público-privadas deben mantenerse como importantes fuentes de financiamiento buscando que sean lo más transparentes posible y asegurando que los objetivos de ambas partes se encuentren totalmente alineados con el “mejoramiento de la salud de la población”. Cuando se trate de colaboraciones en las que participe el organismo responsable de la ciencia en México, debemos procurar que prevalezca su papel en la definición de prioridades, asegurando la transparencia en los procesos de evaluación con el objetivo de garantizar la calidad científica, su credibilidad y su impacto positivo en la sociedad. Dado su rol actual en la colaboración con Coca-Cola, la sospecha de la influencia indebida de esta empresa en la actividad científica en otros países y el impacto que tiene la declaración del origen de los fondos en cualquier publicación científica, el CONACyT debe preguntarse si realmente este premio debe llevar el nombre de un científico reconocido, el del CONACyT o exclusivamente el de la empresa que lo patrocina.

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  1. Primer Premio en Investigación en Biomedicina Dr. Rubén Lisker. n344.fmphost.com/fmi/webd#CPRL2015.
  2. A. O’Connor. Coca-Cola Funds Scientists Who Shift Blame for Obesity Away From Bad Diets. The New York Times, 9 de Agosto de 2015. (well.blogs.nytimes.com/2015/08/09/coca-cola-funds-scientists-who-shift-blame-for-obesity-away-from-bad-diets/?_r=0).
  3. Euromonitor International. Soft drinks. http://www.euromonitor.com/soft-drinks.
  4. Stern D et al. Caloric beverages were major sources of energy among children and adults in Mexico, 1999-2012. J Nutr. 2014 Jun;144(6):949-56.
  5. Malik VS, Pan A, Willett WC, Hu FB. Sugar-sweetened beverages and weight gain in children and adults: a systematic review and meta-analysis. Am J Clin Nutr. 2013 Oct;98(4):1084-102.
  6. De Ruyter JC, et al. A trial of sugar-free or sugar-sweetened beverages and body weight in children. N Engl J Med. 2012 Oct11;367(15):1397-406.
  7. Resultados preliminares sobre los efectos del impuesto de un peso a bebidas azucaradas en México. http://www.insp.mx/epppo/blog/preliminares-bebidas-azucaradas.html.
  8. Bes-Rastrollo M et al. Financial conflicts of interest and reporting bias regarding the association between sugar-sweetened beverages and weight gain: a systematic review of systematic reviews. PLoS Med. 2013. Dec;10(12):e1001578 (journals.plos.org/plosmedicine/article?id=10.1371/journal.pmed.1001578).
  9. A. O’Connor. Coca-Cola Funds Scientists Who Shift Blame for Obesity Away From Bad Diets. The New York Times, 9 de Agosto de 2015. (well.blogs.nytimes.com/2015/08/09/coca-cola-funds-scientists-who-shift-blame-for-obesity-away-from-bad-diets/?_r=0).
  10. Food Science, Financial Conflicts of Interest and Scientific Integrity in Ethics Review and Food-Related Research. European Commission. ec.europa.eu/research/participants/data/ref/fp7/89847/research-food_en.pdf.
  11. CONACyT Aviso Importante. Fondo Sectorial de Investigación en salud y Seguridad Social SS/IMSS/ISSSTE-CONACYT 2015. www.conacyt.mx/index.php/el-conacyt/convocatorias-y-resultados-conacyt/convocatorias-fondos-sectoriales-constituidos/convocatoria-ssa-imss-issste-conacyt/convocatorias-abiertas-ssa-imss-issste-conacyt/7697-aviso-importante-resultados-de-pertinencia-1/file.
  12. NIH. Peer Review Process. grants.nih.gov/grants/peer_review_process.htm.
  13. Conflicts of Interest. International Committee of Medical Journal Editors. www.icmje.org/recommendations/browse/roles-and-responsibilities/author-responsibilities–conflicts-of-interest.html.
  14. E. Herrera. Coca-Cola crea instituto para promover salud y bienestar. Milenio.com 28/05/2014. www.milenio.com/negocios/Coca-Cola-instituto_bebidas_bienestar_salud-Cola-Cola_instituto_0_307169492.html.

Martin Lajous
Investigador del Instituto Nacional de Salud Pública, SNI I y Profesor Adjunto de la Escuela T.H. Chan de Salud Pública de la Universidad de Harvard.

Ruy López-Ridaura
Investigador del Insituto Nacional de Salud Pública y SNI II.

Las opiniones vertidas en este artículo son responsabilidad de los autores, y no reflejan necesariamente los puntos de vista de sus instituciones de adscripción. M.L. recibió de AstraZeneca un financiamiento no restringido para investigación por iniciativa del propio investigador y ha recibido apoyo financiera mínimo de Swiss Re. R. L. R. no declara ningún potencial conflicto de interés.

Fuente: www.nexos.com.mx/?p=25994.

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