Etiquetado frontal de bebidas y alimentos en México ha fracasado a dos años de su implementación

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  • Los lineamientos de etiquetado en México se hicieron favoreciendo a la industria y sin tomar en cuenta las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
  • La Alianza por la Salud Alimentaria —de la que somos parte— difunde App (aplicación) en dispositivos móviles para que los consumidores conozcan lo qué están comiendo en realidad.

29 junio 2016. A partir del 30 de junio de este año, todos los productos alimenticios en el mercado —con algunas excepciones— deben contar con un etiquetado nutrimental frontal, de acuerdo con los Lineamientos que deben observar los productores de alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasadas para efectos de la información que deberán ostentar en el área frontal de exhibición, publicados en el Diario Oficial de la Federación, el 14 de abril de 2014. Sin embargo, desde su diseño, esta regulación omite diversas recomendaciones nacionales e internacionales, mostrando un marcado interés en favor de la industria de bebidas y alimentos.

El etiquetado frontal en México tiene grandes deficiencias, principalmente que no cumple con el criterio fundamental de ser rápido y sencillo de entender, criterio recomendado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

La información se muestra en calorías, un concepto poco entendible por la población. De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional sobre Obesidad 2015, solo el 12% de los encuestados tiene noción de su requerimiento calórico diario por lo que la información mostrada en el etiquetado no es interpretable.1

Además, el tipo de formato asume y hasta se puede pensar que “recomienda” el consumo de cierta cantidad de azúcares, sodio y grasas, cuando en realidad estos son valores límite.

El etiquetado actual:

1) No fue conformado por un grupo de trabajo de expertos y libre de conflicto de interés. Contrariamente, utiliza el etiquetado tipo GDA (Guías Diarias de Alimentación), un formato impulsado por la propia industria de alimentos. Este sistema de etiquetado fue promovido en el año 2011 por el Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo, A.C. (ConMéxico), reunidas como Alianza por una Vida Saludable.2

2) No partió de la evidencia científica. En respuesta a una solicitud de acceso a la información, la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) señaló que no se realizó ningún estudio o evaluación que respaldara la elección del etiquetado tipo GDA. Contrariamente, ya existía evidencia del Instituto Nacional de Salud Pública que indicaba que únicamente el 1.8% de los estudiantes de la carrera de nutrición tuvo una interpretación correcta de la información presentada en este formato GDA.3

3) Utiliza un formato y conceptos incomprensibles. Existen estudios que concluyen que las personas prefieren el etiquetado tipo GDA porque perciben que tienen más información, sin embargo no saben interpretarla.4 Además, la regulación adoptó términos engañosos e incomprensibles para el consumidor como “azúcares totales” y “otras grasas” en lugar de “azúcares añadidos” y “grasas totales”.

4) Utiliza un valor de referencia de azúcares que induce un alto consumo. Inicialmente la Estrategia Nacional para la Prevención y Control del Sobrepeso, Obesidad y Diabetes, consideró utilizar el concepto de “azúcares agregados” y tomar como referencia un valor de 200 kcal equivalentes a 50 gramos de azúcar, tal y como lo recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, tras su publicación en Diario Oficial de la Federación5, 6 se modificó y se utilizó el concepto de “azúcares totales”, permitiendo que se tome un valor de referencia de 360 kcal equivalentes a 90 gramos de azúcar. De esta forma, el etiquetado informa que un refresco de Cola de 600 ml proporciona el 70% del valor límite de los azúcares totales y oculta que esta cantidad equivale al 126% de los azúcares agregados diarios, que son aquellos que generan un daño a la salud.

A finales de 2014, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en su Plan de Acción para la prevención de la obesidad en la niñez y la adolescencia, aprobado por los países miembros de la región, no reconoció el etiquetado frontal desarrollado en México como una acción que cumpla con el objetivo 3.3 de ese Plan que establece que los países deben: “Elaborar y establecer normas para el etiquetado del frente del envase que promuevan las elecciones saludables al permitir identificar los alimentos de alto contenido calórico y bajo valor nutricional de manera rápida y sencilla”.

En su Manual de Etiquetado Nutrimental Frontal, la Cofepris menciona que la información del etiquetado se presenta siguiendo las mejores prácticas internacionales, pero, por lo que se ha mencionado antes, no es así, principalmente cuando se habla de azúcares añadidos. Desde el año 2006 la OMS recomendaba limitar el consumo de azúcares libres —entendidos como azúcares añadidos— al 10% de las calorías totales al día, lo que para un promedio poblacional, se traduce en 50 gramos al día.7

Durante los 10 años posteriores, se generó numerosa evidencia que demuestra que las poblaciones están consumiendo altas cantidades de estos azúcares, principalmente a través de bebidas azucaradas y que son un factor de riesgo importante para desarrollar caries, obesidad, diabetes e incluso enfermedades cardiovasculares.

Un etiquetado realmente eficaz debería:

  • Permitir a los consumidores tomar decisiones informadas respecto a su alimentación.
  • Reducir las brechas en el acceso a la información entre los diversos grupos socioeconómicos.
  • Poder comparar entre productos alimenticios de una misma categoría y elegir la o las opciones más saludables.
  • Promover que las personas utilicen más esta herramienta y se involucren en el cuidado de su alimentación.
  • Servir como incentivo para que la industria alimentaria reformule sus productos alimenticios hacia perfiles más saludables.

conf-prensa-etiquetado-3En este contexto, El Poder del Consumidor se dio a la tarea de generar una aplicación para dispositivos móviles (App), llamada Semáforo Nutrimental, que permite a la población conocer si la cantidad de azúcar, grasa y sodio de un producto es baja, media o alta.

La aplicación funciona escaneando el código de barras del producto, si se encuentra en la base de datos, arrojará la información a través de un semáforo y si no es muy fácil introducir nuevos datos de un producto. A partir de esa información también incluye una advertencia general para su consumo, así como alternativas saludables.

La aplicación es totalmente gratuita y se encuentra disponible en la AppStore y en la tienda de Google Play, además de que puede ser compartida a través de las redes sociales.

Se espera que esta herramienta sirva para tomar mejores decisiones de compra y mejorar hábitos alimenticios: elpoderdelconsumidor.org/etiquetado-app



Por último y esperando que en algún momento nuestro país tenga un etiquetado fuera de engaños, siguiendo el ejemplo de países como Chile o Ecuador, la Alianza por la Salud Alimentaria emite las siguientes recomendaciones para fortalecer la regulación al respecto:

1) Replantear el sistema de etiquetado frontal, estableciendo primero una comisión independiente de expertos, libre de conflicto de interés, que determine el mejor tipo de etiquetado frontal a partir de su evaluación directa con la población mexicana.

2) La evidencia sugiere que se haga uso de colores, símbolos o palabras que adviertan al consumidor la presencia de altas cantidades de nutrimentos críticos, que deben limitarse debido a las altas cifras de sobrepeso, obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares en el país.

3) Los criterios utilizados no deben ser contradictorios con las otras medidas para contener el problema de exceso de peso y diabetes, por lo que se sugiere que el mismo comité de expertos independiente y libre de conflicto de interés sea quien determine los criterios comunes a dichas políticas.

___________________________________________

  1. DINAMIA. Encuesta Nacional sobre Obesidad. Agosto 2015.
  2. http://www.checayelige.mx.
  3. Stern D. Tolentino L. Barquera S. Revisión del etiquetado frontal: análisis de las Guías Diarias de Alimentación (GDA) y su comprensión por estudiantes de nutrición en México. Instituto Nacional de Salud Pública. 2011.
  4. Feedback Comunicación Estrategia Research/MINSAL. Evaluación de mensajes de advertencia en el etiquetado de alimentos mediante grupos focales. 2009.
  5. www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5340693&fecha=15/04/2014.
  6. www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5332690&fecha=14/02/2014.
  7. Organización Mundial de la Salud. Estrategia Mundial sobre régimen alimentario, actividad física y salud. Ginebra. 2004. Disponible en: www.who.int/dietphysicalactivity/strategy/eb11344/strategy_spanish_web.pdf.

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