El poder de… El tomate (o jitomate, como se le conoce en el centro de México)

14 agosto, 2018 | : Análisis de productos

Tomates rojos (o jitomates, como le dicen en el centro de México)

  • La palabra ‘tomate’ proviene del náhuatl, xictitomatl o “tomate de ombligo”.
  • En el centro de México se le llama ‘jitomate’, mientras en el norte del país y en el extranjero le dicen ‘tomate’.
  • Es muy rico en distintos antioxidantes, particularmente licopeno.

Por: Fiorella Espinosa

14 agosto 2018. Además de nuestras habituales radiografías de productos procesados, te compartimos estas otras radiografías que muestran el poder de los alimentos saludables.

¿Qué es el tomate (o jitomate, como se le llama en el centro de México)?

El jitomate (Solanum lycopersicum) es el fruto de la planta de la familia de las solonáceas junto con el chile, la papa y el tabaco.

Se piensa que el jitomate es originario de Perú, sin embargo fue en México donde se domesticó y bautizó este fruto, por lo que su nombre proviene del náhuatl, xictitomatl o “tomate de ombligo”.

China es el principal productor de jitomate en el mundo, seguido de India y juntos producen el 40% del volumen total.

México ocupa el décimo lugar, aportando un 3.1% de la producción mundial.

Sinaloa es donde se produce más volumen de jitomate, seguido de San Luis Potosí y Michoacán. El jitomate representa el 22.5% de las hortalizas cultivadas. Es un cultivo disponible todo el año.

Desde épocas prehispánicas el jitomate era ingrediente básico de muchos platillos aunque también hay evidencia de que fue utilizado para pagar impuestos.

Entre el siglo XVI y XVII se expandió desde Europa hasta Asia y África.

Actualmente, en el centro de México se le llama jitomate, ya que tomate refiere al tomate verde o tomatillo, mientras en el norte del país y en el extranjero se le llama tomate.

Las variedades consumidas en México son:

  • Bola
  • Saladette (alargada)
  • Cherry

El consumo por persona al año se estima en 14.3 kg.

¿Qué nutrimentos y beneficios aporta?

Como prácticamente todas las frutas y verduras, el jitomate es buena fuente de fibra, vitamina C y potasio, y su color rojo nos indica que contiene betacarotenos, una forma de vitamina A, todos ellos aportando beneficios directos a la salud, ya sea en el sistema digestivo, cardiovascular, inmunológico, entre muchas otras funciones vitales.

Otro elemento similar presente en el jitomate, el licopeno, un carotenoide con un alto poder antioxidante, inhibe la oxidación en nuestras células y con ello las protege de desarrollar enfermedades cardiovasculares y cáncer.

La cantidad de licopeno varía de acuerdo con la variedad del tomate (mayor en el saladette o alargado), de su grado de madurez (a mayor madurez mayor contenido) y de la forma en que fue cultivado y madurado (es mayor en cultivos al aire libre y madurados en planta).

Al momento de consumirlo, el licopeno es más absorbible cuando se consume cocido o triturado e incluso en combinación con aceite.

También contiene luteína y zeaxantina, otros carotenoides también con función antioxidante y presentes en la retina, la mácula y el cristalino del ojo con lo que se asocia con la prevención de enfermedades como cataratas y degeneración macular.

El tomate contiene también otros fitoquímicos, como flavonoides y fitoesteroles.

Los primeros, al igual que los carotenoides tienen función antioxidante e incluso también antiinflamatoria y antiviral.

Los fitoesteroles inhiben parcialmente la absorción de colesterol en el intestino, ayudando a reducir sus niveles en sangre.

Además, las hojas del tomate contienen un compuesto llamado tomatina, a la cual se le atribuyen propiedades antibacterianas, antimicóticas y antiinflamatorias.

¿Cuánto cuesta?

Con base en el Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM), a la fecha de elaboración de esta ficha, el precio de tomate bola oscilaba entre $13 y $20 pesos mexicanos mientras que el tomate saladette desde $11 a $21 pesos.

¿Sabías qué?


En Historia General de la Nueva España, Fray Bernardino de Sahagún describió un platillo servido a Moctezuma llamado totolin patzacalmollo como una cazuela de gallina hecha a su modo con chilli bermejo (chile rojo) y con tomates y pepitas de calabazas molidas.

¿Cómo se recomienda consumirlo?

Como se mencionó, el licopeno del jitomate se absorbe mejor cuando está cocido, aunque también de esta forma pierde otros elementos, como la vitamina C.

Por ello, la recomendación es consumirlo en ambas formas, tanto crudo como cocido, y hacerlo parte de la dieta diaria.

Afortunadamente en México es común consumirlo a través de salsas y guisados.

En la sección siguiente te proponemos diversos platillos para incorporar fácilmente este preciado ingrediente en forma diferente a la que estamos acostumbrados.

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Encuentra aquí recetas con tomate o jitomate

Tomates asados a la italiana

Ingredientes:

• 12 tomates maduros

• 4 dientes de ajo

• ¾ taza de aceite de oliva

• 1 pizca de sal

• 1 pizca de pimienta negra molida

• 1 pizca de orégano en hoja

• 1 pizca de perejil fresco o seco

• 1 pizca de albahaca en hoja

• Otras hierbas aromáticas (opcional)

Preparación:

1. Pelar los ajos y picarlos bien, para luego ponerlos en el aceite y dejarlo un rato todo macerando. Así, después el aceite que le pongamos a los tomates asados al horno tendrá un sabor y un aroma muy especial a ajo.

2. Mientras se macera el aceite con el ajo, lavar y cortar los tomates por la mitad o en rodajas, como más te guste.

3. Colocar papel vegetal o de horno en la bandeja y colocar todos los tomates encima.

4. Precalentar el horno a 180ºC y echar encima de los tomates todo el aceite de ajo que se obtuvo antes. Espolvorear un poco de sal, pimienta negra y un poco de todas las hierbas aromáticas picadas para realzar el sabor de los tomates asados a la italiana.

5. Meter la bandeja con los tomates al horno y asar durante unos 15 minutos o hasta que estén tiernos y dorados.

 

Tomates rellenos de guacamole

Ingredientes:

• 6 tomates rojos grandes, de preferencia bola (bien lavados)

• 150 gramos de queso fresco

• 2 aguacates grandes cremosos

• 1 cebolla blanca chica

• 1 limón

• 1 pizca de cilantro picado

• 1 pizca de sal

Preparación :

1. Cortar la parte superior de cada tomate, retirar el corazón y las semillas usando una cucharita. Salpimentar.

2. Mientras tanto, preparar el guacamole con el queso fresco. Para ello, partir los aguacates, retirar la pulpa de su interior, colocarla en un recipiente y triturar hasta crear una especie de puré.

3. Cortar finamente la cebolla y el tomate y añadir al puré de aguacate. Después, incorporar unas gotitas de jugo de limón, una pizca de cilantro picado, si se desea chile al gusto, finamente picado y mezclar. Por último, añadir el queso troceado y sal al gusto.

4. Rellenar los tomates con el guacamole. Enfriar en el refrigerador por un momento y servir.

Receta adaptada de https://www.recetasgratis.net

 

Ensalada de frijoles blancos y tomates

Ingredientes:

• 1 taza de frijoles blancos

• 4 tomates maduros

• 1 cebolla pequeña

• Aceite de oliva

• Cilantro

• Pimienta

• Sal

Preparación:

1. Colocar los frijoles en remojo la noche anterior, para que se hidraten en agua fría durante toda la noche y estén más blandos al momento de cocinarlas.

2. Hervir los frijoles, cocinando en agua fresca con un poco de sal, hasta que estén blandos, colarlos y dejar enfriar.

3. Por otro lado, cortar la cebolla en cuadritos y el jitomate también en cuadros pero de tamaño medio.

4. Con los frijoles ya fríos, mezclar con el jitomate y la cebolla en una ensaladera y agregar sal y pimienta a gusto, además de un chorro de aceite de oliva. Revolver muy bien.

5. Finalizar picando un poco de cilantro fresco y volver a revolver.

Receta de https://www.vegrecetas.com

 

Tomates rellenos de quinoa y verduras

Ingredientes:

• 4 tomates de preferencia bola

• 100 g de quínoa cruda

• 1 puerro

• 1 zanahoria

• 2 calabacitas

• 2 dientes de ajo

• 1 aguacate

• Sal marina, pimienta, aceite de oliva

• Semillas de girasol

Preparación:

1. Lavar en un bol la quinoa, removiendo con las manos y desechando el agua entre 7 y 10 veces (paso fundamental para eliminar la saponina, una sustancia tóxica y de sabor amargo). Cocinar en una olla con 3 partes de agua y una pizca de sal durante 12 minutos desde que comienza a hervir. Una vez lista, el líquido se habrá consumido.

2. Saltear los vegetales picados, empezando por el puerro y el ajo, unos minutos después sumar la calabacita y la zanahoria, ambos cortados en cubos pequeños (podrían también estar rallados). Usar la mínima cantidad de aceite o sólo un chorrito de agua.

3. Integrar los vegetales salteados con la quinoa cocida. Sumar el aguacate machacado con un tenedor. Mezclar y salpimentar.

4. Ahuecar los tomates cortando primero la parte superior y luego quitando el centro con una cuchara.

5. Rellenar y servir con semillas de girasol tostadas por encima (se tuestan en sartén seco durante unos segundos).

Nota: los vegetales pueden reemplazarse por los que tengan en el momento (cebolla, cebolla de verdeo, morrón, perejil, apio, zapallitos berenjenas, choclo, repollo…)

Receta adaptada de http://www.despertandoalonatural.com/

 

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