Consumidores: entre tequilas y mezcales*

21 febrero, 2012 | : Empresas, Monopolios y competencia

Por: Alejandro Calvillo Unna
Director de El Poder del Consumidor

21 febrero 2012. Para enteder el complejo entramado de los mezcales en México y lo que está en juego, partamos del hecho de que el mezcal se elabora en 26 estados de la República a partir de 39 especies de plantas de la familia agavácea. Es posiblemente la bebida elaborada en el mundo con la mayor diversidad de especies y a partir de una planta que debe crecer durante varios años antes de ser utilizada.

Algunos de estos mezcales han generado su propio nombre: son los casos del tequila y del bacanora, cada uno proveniente de una especie específica de agave. El problema surge cuando se establecen las denominaciones de origen (DO) Tequila, Mezcal y Bacanora, ya que sólo quedan incluidas en ellas siete de las 39 especies de agave que son utilizadas para elaborar mezcal, sólo partes de seis estados (Michoacán, Tamaulipas, Sonora, Oaxaca, Guanajuato, Nayarit) y los estados completos de Jalisco, Guerrero, Durango, Zacatecas y San Luis Potosí. Los demás mezcales elaborados con las 32 especies y en los estados fuera de las DO quedaron excluidos del derecho a identificar sus bebidas como mezcales, aunque sean elaborados y comercializados como mezcales en un proceso cultural que se remonta a por lo menos 400 años.

Hoy se pretende agudizar la exclusión del mercado con una estrategia impulsada principalmente por la gran industria del tequila y cuyo objetivo es evitar la mínima competencia de los productores artesanales de mezcal.

Esta estrategia se ha desarrollado por medio del cabildeo y apoyo del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) –que presentó ante la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) el anteproyecto “Declaratoria por la que se regula el uso de la marca agave en Tequila, Mezcal y Bacanora”– y de la Secretaría de Economía (SE), que presentó, también ante la Cofemer, el Proyecto de Norma Oficial Mexicana (NOM) 186 «Bebidas Alcohólicas Elaboradas a Partir de Agaváceas”.

Tanto el IMPI como la SE justifican sus iniciativas argumentando que brindarían mejor información al consumidor y evitarían la adulteración de las bebidas. La realidad es que el efecto sería todo lo contrario: impedirían al consumidor conocer el origen del producto, teniendo por resultado: productores excluidos y consumidores engañados. De hecho, esto ya ocurre en el caso del Tequila y con la DO Mezcal. Con las iniciativas propuestas se agudizaría la situación.

En la inicitaiva presentada por el IMPI –ya rechazada por la Cofemer– se pretendía que la palabra “agave” fuera de uso exclusivo de los tequilas, mezcales y bacanoras que se encuentran dentro de las DO. Como hemos visto, los productores y las comunidades que vienen elaborando mezcal fuera de la DO Mezcal se han visto obligados a retirar la palabra mezcal de su producto y a nombrarlo “destilado de agave”. Los consumidores se encuentran confundidos al enfrentarse a un producto “mezcal” y otro “destilado de agave”; la mayoría no saben que se trata de lo mismo. Y es posible que el producto que encuentran en el mercado como “destilado de agave” sea más puro que el que encuentran como “mezcal”; sin embargo, su cultura los lleva a elegir el “mezcal”. Lo que pretendía la iniciativa del IMPI era que estos productores de mezcal, además de no poder utilizar la palabra mezcal, tampoco pudieran decir que su producto es elaborado con agave, porque esta sería marca exclusiva de las bebidas que están dentro de la DO de Tequila, Mezcal y Bacanora. Es decir, estos productores de mezcal que por estar fuera de la DO Mezcal ya no pueden decir que su bebida es mezcal, tampoco podrían decir que está elaborada de agave.

Por su parte, el proyecto de NOM 186 que fue presentado por la SE, casi de manera paralela a la iniciativa del IMPI, pretende que los productores de mezcal fuera de las DO Mezcal, únicamente puedan llamar a sus bebidas «aguardientes o destilados de agaváceas», aunque estén elaborados de agaves; no puedan declarar el contenido de azúcares de Agave del que están elaborados, aunque sean 100% Agave; no puedan producir mezcales tradicionales, típicamente elaborados 100% de Agave y con contenido alcohólico entre 40 y 55%, sino bebidas con menor calidad, obligándolos a adulterarlas, y no puedan elaborarlas con agaves cultivados en sus propios territorios, si es que están dentro de una DO (ejemplo, los mezcaleros de Jalisco no podrían producir sus bebidas con agaves de la región que tiene DO de Tequila, sólo podrían producir tequila aunque su tradición ancestral sea la producción de mezcal).

La primera iniciativa, la del IMPI, ha sido rechazada por la Cofemer, y por la propia Comisión Federal de Competencia (Cofeco), que emitió una opinión vinculatoria al IMPI “para que se abstenga de expedir el anteproyecto en el que se establecería la palabra Agave como marca exclusiva de uso de los tequilas, mezcales y bacanoras que están dentro de las denominaciones de origen (DO) de estas bebidas”. La opinión vinculatoria impide al IMPI proseguir con esta iniciativa.

El peligro ahora se encuentra con la segunda iniciativa, el proyecto de la NOM 186 presentado por la SE, ya que la Cofemer ha señalado que este proyecto es una alternativa viable. La verdad es que no sabemos cómo la Cofemer pudiera dictaminar a favor de esta NOM, ya que los argumentos que presentó contra la iniciativa del IMPI se aplican perfectamente para rechazarla. De igual manera, la opinión vinculatoria de la Cofeco contra la intención de establecer el vocablo agave como marca tiene una serie de argumentos que se aplican para rechazar la iniciativa de la SE.

El consumo de tequila 100% agave está aumentando fuertemente, mientras los conocedores van dejando de consumir tequila-ron. El número creciente de consumidores que llegan a saber que los tequilas que no se ostentan como 100% agave están adulterados hasta en 49 por ciento con azúcares provenientes de la caña están dejando de beberlo. Por su parte, el mezcal comienza a abrirse mercados más exclusivos en México y el mundo y su comercialización aumenta. Sin embargo, su enorme potencial nacional e internacional está siendo obstaculizado por las grandes empresas tequileras y algunos productores de mezcal que se encuentran en la DO y que no quieren competencia, sin darse cuenta de que existe mercado para todos, y que los mezcales, sean identificados como tequilas, bacanoras o como mezcales, podrán posicionarse en el gusto de los consumidores de todo el mundo entre mayor sea su diversidad.

La opción contraria a la DO y la normatividad que pretenden imponer los oligopolios, y que representan exclusión y engaño, sería el establecimiento de denominaciones de origen para diversos mezcales, tantas como regiones y variedades de agaves mezcaleros existen. Esta opción posicionaría al mezcal mundialmente y fortalecería a las economías locales, como lo han hecho las DO de vino en Francia u otras similares. Sin embargo, en el país de los monopolios, la cultura y la economía de la gente no tienen lugar, aunque los tiempos parecen estar cambiando o, más bien, los ciudadanos los estamos haciendo cambiar.

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* Artículo originalmente publicado en La Jornada del Campo, No. 53, 18 de febrero de 2012. > ir

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