Hacemos un llamado a las autoridades de Monterrey para invertir más en transporte público y movilidad no motorizada

19 agosto, 2016 | : Infraestructura urbana, Movilidad sustentable, No motorizada, Prensa, Transporte eficiente, Transporte Público

• Entregamos investigación que analiza la inversión en infraestructura para el automóvil vs. transporte público en la zona metropolitana de Monterrey.
• Entre el 2011 y 2014 se ha invertido más en infraestructura vial (36%) y pavimentación (38.2%) que en transporte público (15%) y proyectos de movilidad no motorizada (8%).
• El transporte colectivo debe ofrecer un servicio con altos estándares de calidad para revertir el modelo actual de inversiones y lograr un impacto positivo en la movilidad de esta urbe.

19 agosto 2016. La asociación civil El Poder del Consumidor entregó a las autoridades de la Secretaría de Desarrollo Sustentable, la Agencia para la Racionalización y Modernización del Sistema de Transporte Público y el Consejo Estatal de Transporte y Vialidad de Nuevo León, la investigación titulada “Inversión en infraestructura destinada al automóvil vs. Inversión en transporte público y movilidad no motorizada”, la cual hace un análisis de las inversiones de los gobiernos en materia de infraestructura para los vehículos y el transporte público en las principales zonas metropolitanas del país, entre ellas, la de Monterrey, Nuevo León.

La investigación tiene como objetivo que los gobiernos tomen acciones puntuales para atender los problemas de movilidad, vialidad y accesibilidad que se dan en estas metrópolis, los cuales se han agudizado en los últimos años.

El documento plantea que a pesar de la creación del Programa Federal de Impulso a la Movilidad Urbana (PIMU), la zona metropolitana de Monterrey ha ejercido gran parte de los recursos federales disponibles para proyectos de movilidad en obras de ampliación y mantenimiento de infraestructura vial. Para hacer frente a la expansión urbana desordenada de esta ciudad se ha recurrido a la falsa solución de aumentar la capacidad de las redes viales, cuyo resultado ha sido el incremento explosivo del número de automóviles, generando más y mayores congestionamientos viales.

Entre el 2011 y 2014, en esta ciudad la distribución de los fondos federales ha sido en promedio de: 36% en infraestructura vial, 38.2% en pavimentación, sólo 15% para transporte público y 8% para proyectos de movilidad no motorizada.

Continuar con un modelo de inversión hacia el automóvil particular causa pérdidas anuales por miles de millones de pesos debido a congestionamientos viales, accidentes, daños a la salud y al ambiente. Adicionalmente, estas condiciones afectan significativamente la calidad de vida de los habitantes de la ciudad. En contraste, las inversiones con alto valor social, como sistemas de transporte masivo o proyectos de movilidad no-motorizada, ayudan a crear un entorno social más favorable y reconstruir el tejido social.

“Lo que confirma este estudio es que a pesar de que las tendencias mundiales respecto a la movilidad han ido cambiando en las últimas décadas, en Monterrey y su área metropolitana todavía se construye la ciudad bajo la idea de un falso desarrollo. Además de ser altamente ineficiente y no resolver el problema del congestionamiento vial, invertir la mayor cantidad de recursos en obras exclusivas para el automóvil es un ejercicio antidemocrático del dinero público, porque se deja fuera a los usuarios del transporte público, ciclistas y peatones, incluyendo a personas con discapacidad”, señaló David Pulido, coordinador de Proyectos y Gestión de la organización ciudadana Pueblo Bicicletero.

“¿Qué podemos hacer? Primero, debemos de frenar el crecimiento de la mancha urbana y aumentar la inversión en transporte público y movilidad no motorizada; luego, verificar que los recursos destinados al transporte público se utilicen de manera eficiente. El estudio de El Poder del Consumidor muestra que en 2014 aumentó la inversión en ese rubro, pero recordemos que Ecovía y la Línea 3 han sido proyectos con muchas fallas y sobrecostos. No podemos olvidar que tenemos uno de los transportes públicos más caros del país. Necesitamos que sea asequible para toda la población. El gobierno estatal tiene varios compromisos pendientes en estos rubros y estaremos presionando para que los cumplan”, agregó Pulido.

Por otro lado, al evaluar la calidad del transporte público en la zona metropolitana de Monterrey, a través de una encuesta realizada en 2014 por El Poder del Consumidor y Dinamia se encontró que el tren ligero (Metrorrey) recibe la mayoría de las opiniones positivas (con 68%), mientras las peores calificaciones recaen sobre los camiones (69%) y los autobuses fueron considerados el modo de transporte más peligroso (53%).

Otros aspectos a destacar es que el 31% de los usuarios considera que la delincuencia ha aumentado en los últimos años en el transporte público, 54% evalúa este servicio como inseguro por la operación de los conductores y 62% lo ve inseguro por la delincuencia. Con estos datos se puede observar una gran área de oportunidad para mejorar y realizar inversiones en el transporte público de Monterrey.

Para lograr un impacto positivo en la movilidad de esta urbe, el transporte colectivo debe ofrecer un servicio con altos estándares de calidad, de manera que los usuarios del vehículo privado encuentren una alternativa favorable de calidad y tiempo que los motive a dejar el auto en casa durante el día o utilizarlo sólo en momentos especiales o para viajes menores.