Economía promueve bebidas light en las escuelas

La Secretaría y empresas proponen simular salida de chatarra

5 agosto 2010. A partir del cabildeo de las empresas refresqueras, The Coca Cola Company en particular, y con el apoyo determinante del secretario de Economía, Bruno Ferrari, y la subsecretaria de Industria y Comercio de la misma dependencia, Lorenza Martínez, la SEP modificó ya su propuesta original para regular la venta de alimentos y bebidas en las escuelas, permitiendo la venta de bebidas light en las escuelas, lo cual promueve la ingesta de edulcorantes artificiales entre los alumnos de primaria y secundaria

Economía ha impuesto a las secretarías de Educación Pública y Salud el retiro del criterio de densidad calórica para los alimentos en las escuelas, por lo que se venderá cualquier producto chatarra, sólo que en porciones más pequeñas.

“Lo que está ocurriendo es la demostración más evidente y pública de la incapacidad del Estado Mexicano para resguardar el interés público de los intereses privados, en este caso, en detrimento de la infancia en nuestro país. Hemos visto cómo los intereses empresariales han ido desmantelando una regulación que intentaba enfrentar una situación de emergencia en salud: el sobrepeso y la obesidad de la infancia mexicana, que llegó ya al primer lugar mundial. Bastó la llegada de Bruno Ferrari a Economía para que se impusiera el desprecio a la salud y a la infancia que tienen las grandes empresas procesadoras de alimentos y bebidas”, señaló Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor.

Los edulcorantes artificiales no calóricos -a pesar de ser considerados «seguros» por la Food and Drug Administration de los Estados Unidos y otras instancias internacionales- han generado una fuerte discusión entre la comunidad científica por estudios que señalan riesgos para la salud. Estos riesgos han llevado a los institutos de salud pública de varias naciones a recomendar que los menores no consuman productos que contienen tales sustancias.

En los Estados Unidos, cuna de The Coca Cola Company y de Pepsico, el Centro de Control de Enfermedades (CDC) y el Instituto de Medicina (IOM) han señalado la falta de evidencia sobre la efectividad de edulcorantes en el control de peso. Asimismo, alertan por la falta de estudios sobre los efectos potenciales de estas sustancias cuando son consumidas por varios años, iniciando desde la niñez (ver texto aquí). Por ello, recomiendan que las bebidas con edulcorantes artificiales no calóricos sólo sean permitidas en escuelas de nivel medio superior y únicamente después de que el horario escolar ha finalizado.

En Canadá, en 2007 y tras dos años de revisar la regulación de los alimentos y bebidas en las escuelas, se tomó la decisión de sacar las bebidas light. En España, el 21 de julio pasado, el Ministerio de Salud decidió sacar los refrescos y las bebidas light de las escuelas de educación básica. En Nueva Zelanda no permiten productos con edulcorantes artificiales no calóricos al interior de las escuelas, sólo en eventos especiales. El Reino Unido tampoco autoriza estos edulcorantes en refrescos, solamente en productos de menor consumo como leche y yogur.

Riesgos para la salud por consumir chatarra light

“La introducción de bebidas light en las escuelas es una aberración del gobierno federal y le traerá un muy alto costo político y de descrédito frente a la sociedad. Es indignante que los intereses de empresas como Coca Cola se impongan sobre las políticas urgentes de salud pública, sobre el bienestar público. Basta ver que esta empresa, así como Pepsico, desarrollan el marketing de sus bebidas light dirigido a jóvenes y adultos, un marketing que contrastará con la venta de estos productos a menores. Estas empresas no quieren salir de las escuelas ya que ahí deforman a los consumidores de por vida”, señaló Calvillo.

Entre los estudios que indican los riesgos de los edulcorantes artificiales no calóricos EPC destacó los realizados en ratas que sugieren que el aspartame consumido de manera regular puede incrementar el riesgo de cáncer (ver referencia 1). De especial atención son los estudios que demuestran que el consumo de bebidas light no disminuye la incidencia de obesidad y que, incluso, la pueden aumentar. Un estudio de Framingham, Dhingra y otros investigadores reporta una correspondencia entre el consumo de refresco «de dieta» y la prevalencia de síndrome metabólico, la cual fue mayor que la obtenida con el consumo de refresco convencional. Otros estudios como los dirigidos por Lutsey (2), Nettleton (3) y Flower (4) reportan que personas con un alto consumo de bebidas light tuvieron casi el doble de riesgo de presentar obesidad en comparación con las personas que no consumen edulcorantes, después de un seguimiento de 7 a 8 años.

Principales advertencias:

a. La eliminación del criterio de la densidad calórica para normar los alimentos que entrarán a las escuelas permitirá la permanencia de la comida chatarra, anulando toda la regulación.

b. El consumo de bebidas o alimentos con edulcorantes no calóricos desplazará el consumo de los alimentos centrales que los lineamientos desean promover: frutas, verduras y agua. La venta de los alimentos con sabor dulce tendrá un efecto que llevará a disminuir el consumo de alimentos naturales y saludables.

c. El consumo de estos productos continuará deformando el gusto de los niños por alimentos y bebidas endulzadas, una de las principales deformaciones de los hábitos alimentarios y una de las causas centrales del sobrepeso y la obesidad.

d. Dado que no existe el hábito de consumo de alimentos con edulcorantes artificiales en los niños, el Gobierno estará -en forma tácita- sirviendo a los objetivos promocionales de las empresas, promoviendo su consumo en este grupo de edad, a pesar de las dudas que hay sobre su inocuidad. Si en el futuro se confirma que estos productos aumentan el riesgo de tumores en humanos expuestos desde la niñez, como lo hacen en ratas expuestas en forma crónica, el gobierno será responsable de los daños a la salud de los niños y niñas mexicanos.

Referencias

1.Soffritti M, Belpoggi F, Degli Esposti D, Lambertini L, Tibaldi E, Rigano A. First experimental demonstration of the multipotential carcinogenic effects of aspartame administered in the feed to Sprague-Dawley rats. Environmental Health Perspective 2006;114:379-385. Soffritti M, Belpoggi F, Tibaldi E, Degli Esposti D, Dawley ML. Lifespan exposure to low doses of aspartame beginning during prenatal life increases cancer effects in rats. Environmental Health Perspective 2007;115: 1293-1297
2.Lutsey PL, Steffen LM, Stevens J. Dietary intake and the development of the metabolic syndrome: the Atherosclerosis Risk in Communities study. Circulation 2008;117(6):754–61.
3.Nettleton JA, Polak JF, Tracy R, Burke GL, Jacobs Jr DR. Dietary patterns and incident cardiovascular disease in the Multi-Ethnic Study of Atherosclerosis. Am J Clin Nutr 2009;90(3):647–54.
4.Fowler SP, Williams K, Resendez RG, Hunt KJ, Hazuda HP, Stern MP. Fueling the obesity epidemic? Artificially sweetened beverage use and long-term weight gain. Obesity (Silver Spring) 2008;16(8):1894–900.