Responsabilidad empresarial con la cultura
El impacto de la actividad empresarial sobre la cultura puede observarse nítidamente en los efectos provocados por la publicidad dirigida a los niños y la influencia que sobre ellos ejerce la televisión. Los estereotipos que promueve la publicidad entre los niños es una muestra de los impactos negativos de las empresas en la cultura.
La cultura es una expresión que reside en el ámbito social, aunque se ha convertido en un producto empresarial, por lo menos, en lo que se conoce como cultura masiva o cultura de masas. En este aspecto, la televisión juega un papel preponderante en la generación de los gustos de la población. Por eso, en México las empresas televisivas ya no ofrecen sus espacios para que los artistas tengan mayor proyección, sino estas empresas crean a sus propios “artistas”, cancelando la presencia de la cultura popular. El resultado es un deterioro de la calidad y una mercantilización de lo que difícilmente se podrían llamar “valores”.
No se puede hablar de una hegemonía televisiva sobre los gustos de la población, pero es un hecho su preponderancia en la creación de modelos de vida y consumo, principalmente entre los adolescentes. Asimismo, las tendencias mercantiles han logrado meter a los niños en los modelos dirigidos a los adolescentes. Y para todas las edades, la televisión establece valores centrados en la competencia, la posesión material, la dominación y el derroche. La televisión comercial es la cuna del consumismo y todas sus consecuencias ambientales, económicas, sicológicas y sociales.
En un país con más de la mitad de la población viviendo en la pobreza, lo que se difunde como modelo de vida es el de los habitantes extremadamente ricos (menos del 5% de la población). No se puede culpar a la televisión de su visión clasista y racista, esta es una realidad en todo México; sin embargo, la televisión y la publicidad en todos los medios reproduce y exacerba esta visión.
Por otro lado, la cultura es también información. La concentración de los medios y su falta de cultura ciudadana restringe el acceso a la información, limitando el ejercicio pleno de la democracia ya que éste requiere que los ciudadanos estén bien informados. Entre más se concentran los medios en pocas manos más facilidades hay de manipular la información, de dar “verdades a medias”, de destacar lo insignificante y minimizar lo trascendente.
Las empresas socialmente responsables tienen un compromiso con la defensa y el enriquecimiento de la cultura. Son responsables de los impactos que los valores que promueven tienen sobre la sociedad.
Por nuestra parte, los consumidores tenemos la responsabilidad de ejercer nuestros derechos, de estar representados en organismos como la Comisión Federal de Competencia y la Comisión Federal de Telecomunicaciones para defender los valores culturales y fortalecer el desarrollo de opciones ciudadanas en los medios de comunicación. Es nuestra responsabilidad generar un diálogo público, una reflexión sobre los “valores” que se están creando, sobre las formas culturales que se están produciendo.
Otras responsabilidades de las empresas:
> Responsabilidad empresarial con la salud.
> Responsabilidad empresarial con el ambiente.