Alimentos analizados

Esta lista es dinámica: se actualiza con regularidad, para ofrecerte más y mejor información.

A
Alimentos “chatarra”. Denominación genérica para el amplio grupo de “alimentos” de baja calidad nutricional y con altos contenidos de azúcar, fructuosa u otros endulzantes, sal, acidulantes y grasas saturadas o grasas trans -provenientes de aceites hidrogenados-. A pesar de su escaso o nulo valor nutritivo, su intensa promoción y extensa comercialización han alterado los hábitos alimenticios de la población mexicana hasta convertirse en uno de los factores causantes de la epidemia de sobrepeso y obesidad que hoy padecen los mexicanos (la segunda más grave del mundo), la cual deriva en enfermedades como la diabetes, males cardiacos y cáncer. A pesar de ello, en 2007 la Secretaría de Educación Pública avaló el programa de Pepsico “Vive Saludable”, que reforzó la presencia de productos chatarra en las escuelas (ver Pepsico y ConMexico > leer). A escala global, hay 117 millones de niños amenazados por enfermedades relacionadas con la obesidad y la OMS pronostica que para el año 2015 habrá 2,300 millones de personas obesas en el mundo. Mientras tanto, las empresas productoras de alimentos chatarra gastan al año 13,000 millones de dólares en publicidad (datos de 2006).

B

C
Cereales para niños. Poseen muy escaso valor nutricional. El Poder del Consumidor evaluó 16 cereales bajo el esquema que elaboró la Agencia de Estándares en Alimentos del Reino Unido. Aunque estos cereales se anuncian como saludables, esto resultó falso, por lo que sería preferible consumirlos sólo esporádicamente. El análisis incluyó 16 cereales y 3 barras de cereales. Los cereales fueron Kellogg´s (Choco Krispis, Chokos, Corn Pops, Froot Loops, Zucaritas, Honey Smacks); Nestlé (Nesquick, Trix, Lucky Charms, Cookie Crisp, Zucosos, Cheerios Miel); Quacker (Choco VBlast, Fruty Ohs, Stars, Sweet Flakes); y las barras de cereal Kellogg´s (Zucaritas, Froot Loops, Choco Krispis). Todos estos productos poseen elevados contenidos de azúcar y de harinas refinadas, por lo que tendrían que ser vistos como golosinas y espaciar su consumo. Sin embargo, la publicidad engaña a los consumidores al proponerles los ingieran como desayuno o cena, lo cual provoca un deterioro de sus hábitos alimenticios y contribuye a fomentar la epidemia de sobrepeso y obesidad que vive México.

D

E

F

G

H
Hamburguesas. (Ver Burger King, en Marcas.)

I

J
Jugos. Ver lista de Bebidas.

K

L
Leches con sabor. Ver lista de Bebidas.

N
No orgánicos (alimentos). Alimentos en cuya producción fueron usadas agresivas sustancias químicas, como plaguicidas, herbicidas o fertilizantes, las cuales suelen dejar en los alimentos fuertes cantidades de residuos tóxicos que pasan al cuerpo de quien ingiere estos alimentos. Estas sustancias se acumulan en las células grasas de los individuos y provocan daños de salud a mediano y largo plazo.

O
Orgánicos (alimentos). Son alimentos libres de los peligrosos agroquímicos (plaguicidas, herbicidas y fertilizantes químicos); tampoco contienen los inciertos organismos genéticamente modificados (transgénicos).

P
Palomitas para microondas. Para darle sabor a mantequilla, los fabricantes de palomitas para microondas incluyeron por años el diacetyl, un saborizante que venía causando afecciones respiratorias a los trabajadores que lo producían o manipulaban. Esto no inquietó a las empresas que añadían el diacetyl a los alimentos hasta que en 2007 se presentó evidencia de un consumidor que, tras ingerir 2 paquetes de palomitas para microondas al día, había reducido su capacidad pulmonar presentando síntomas similares a los de los trabajadores que laboran en las fábricas que producen el saborizante. Para entonces, con los obreros afectados por la exposición a este aditivo, las empresas productoras de diacetyl habían debido pagar 100 millones de dólares en sólo 5 años, producto de juicios laborales. Por ello, las principales productoras de palomitas para microondas (Weaver Popcorn, ConAgra Foods, General Mills y la American Pop Corn Company) anunciaron de inmediato que reemplazarían el diacetyl.

Pan integral. La marca Bimbo fue denunciada en enero de 2008 por engañar a los consumidores al comercializar productos de pan “integral” que no eran tales, pues su principal ingrediente era harina convencional refinada. Tras descubrir el timo, la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios, la Organización de Consumidores y Usuarios de Chile y la asociación mexicana El Poder del Consumidor, iniciaron acciones contra la empresa. En España, Bimbo sí ofrece un pan elaborado con harina de trigo que tras la molienda conserva su cascarilla y su germen, es decir, un pan realmente integral; en cambio, en Perú, Chile y México ofrece un pan de harinas refinadas que incluso llega a colorear con caramelo para dar una apariencia de “integral”. Este pan afirma en su empaque ser “integral” y esto es repetido en sus campañas publicitarias en las que asegura que es más saludable, cuando es igual que cualquier otro. A través de otra de sus marcas, Wonder, la empresa lleva el engaño al extremo de anunciar un pan integral “blanco”, lo cual es imposible en el auténtico pan integral. Así, esta empresa pone en riesgo a personas con afecciones cardiacas y otras enfermedades, a quienes se recomienda una dieta que incluya el pan integral y adquieren los productos Bimbo o Wonder influidos por la publicidad engañosa.

R

S

T
Transgénicos. Nombre común de los inciertos organismos genéticamente modificados, generados en laboratorios mediante biotecnología. En principio, estos productos contradicen cualquier procedimiento natural de alteración, modificación o mejoramiento genético de los organismos vivos, ya que mezcla elementos de especies que jamás se combinarían de manera natural, es decir, combina genes de virus o bacterias con plantas, semillas o verduras. Los biotecnólogos están sumamente entusiasmados con estos experimentos, pero mucho más las empresas que han patentado las variaciones genéticas resultantes con lo que ya son dueños de estas formas de vida y pueden exigir el pago de regalías por ejemplo, a los campesinos cada vez que siembren semillas transgénicas. El gran problema es que aún se desconocen los efectos a mediano y largo plazo de tales alteraciones genéticas, tanto sobre la salud humana como en el equilibrio ecológico. Análisis realizados en Europa han demostrado que la siembra de transgénicos contamina genéticamente a los sembradíos vecinos de productos tradicionales y causa alteraciones en la ecología local. Varios organismos internacionales han propuesto etiquetar debidamente estos productos, para que los consumidores puedan distinguirlos y decidan de manera informada si los consumen, pero las empresas productoras se han negado a ello e incluso han cambiado el término de estos productos a “organismos vivos modificados” e incluso “organismos vivos mejorados”, en un intento por confundir a los consumidores.