Responsabilidad empresarial con la salud
Las empresas pueden afectar la salud de las personas a través de los productos o servicios que proporcionan, o por los impactos que provocan sus actividades productivas sobre el medio ambiente y los individuos. Para una empresa responsable, bastaría la duda sobre la seguridad de sus procedimientos o sobre un elemento que utiliza como ingrediente en un producto para que tomara medidas correctivas. Sin embargo, esa no es la regla. Por eso es necesario exigirles que asuman su responsabilidad sobre la salud de la población, desde la empresa que comercializa los agroquímicos peligrosos que permanecen en los alimentos hasta la que los procesa esos alimentos con una cantidad enorme de aditivos, azúcar, grasas o sal.
Este problema es serio, como lo han demostrado los múltiples estudios que se han realizado para medir la presencia de compuestos tóxicos en el cuerpo humano. En 2004 se analizó en los Estados Unidos la presencia de toxinas en la sangre del cordón umbilical de diez niños recién nacidos. Se encontró un promedio de 200 químicos peligrosos utilizados tanto en empaques de comida rápida como en plaguicidas, retardantes de flama y residuos del teflón. Varias de estas sustancias han sido relacionadas con cáncer, defectos de nacimiento, afectaciones al desarrollo cerebral, entre otros daños.
Otro estudio ilustrativo es el realizado con ministros de trece países de la Unión Europea durante una conferencia sobre salud en 2004, que accedieron a dar muestras de sangre para ser analizadas. Se sorprendieron al ver que los resultados mostraban la presencia de químicos sintéticos presentes en el empaque de comida rápida, en plaguicidas, en residuos de químicos añadidos a los plásticos, en fragancias y solventes industriales. Incluso había residuos de 22 químicos peligrosos que fueron prohibidos en Europa desde la década de 1970.
Se estima que alrededor de 100 mil químicos sintéticos han sido liberados al ambiente. Esto es grave por los efectos que produce cada uno de ellos y por los efectos adicionales que ocasionan al mezclarse entre sí, pues generan millones de posibles combinaciones con distintas consecuencias.
Nos centramos en el caso de los químicos sintéticos por el volumen de su producción, la extensión de su presencia y la magnitud de su impacto. Pero a ello debemos añadir los daños en la salud que pueden ser provocados por los cambios en los hábitos alimenticios que ha inducido la publicidad y la intensa comercialización de “alimentos” de baja calidad nutricional y con altos contenidos de azúcar, fructuosa u otros endulzantes, así como de alimentos con altos contenidos de sal, acidulantes y grasas saturadas o grasas trans -provenientes de aceites hidrogenados-.
Estos cambios en los hábitos alimenticios y el consumo de esos “alimentos chatarra” constituyen hoy el más grave problema para el sistema de salud en México. En lo que el sector salud ha llamado la “epidemia” de sobrepeso y obesidad, que deriva en un incremento en diabetes, enfermedades del corazón y cáncer, las empresas productoras de alimentos procesados tienen una importante responsabilidad.
Otras responsabilidades de las empresas:
> Responsabilidad empresarial con el ambiente.
> Responsabilidad empresarial con la economía.