Uso eficiente del transporte

Como consumidores, el transporte es la segunda actividad con la que más contaminamos la atmósfera (la primera es el gasto de energía eléctrica). Sin embargo, podemos adoptar actitudes sensatas que mejoren nuestra calidad de vida. Para ello, es necesario que hagamos ajustes en varios aspectos:

Al decidir cómo transportarnos:
Antes de salir pensemos sólo un instante
-cuál es el medio de transporte más conveniente para llegar a nuestro destino,
-las rutas principales y alternas,
-el costo asociado,
-los horarios.

Y recordemos que:
a) En ocasiones, tomar un camino alterno resulta más cómodo y rápido.
b) Los sistemas de transporte público que corren por carriles confinados suelen estar a salvo de embotellamientos.
c) Para distancias cortas, lo más sano es caminar o usar bicicleta.
d) Llegar a algunas zonas en automóvil particular implica gasto de gasolina, tiempo y problemas de tráfico y estacionamiento.

Al conducir:
-Evita descargar tu ansiedad en los pedales del acelerador y el freno. Manejar en forma trompicada y realizar frecuentes cambios de velocidad gasta 15% más combustible, además de que contribuye al desgaste del vehículo.
-Una velocidad elevada no siempre es lo mejor. Conducir a 90 km/h en vez de a 110 km/h reduce en 25% el consumo de combustible.
-Circula con las ventanas cerradas, llevarlas abiertas aumenta la resistencia al viento y, por tanto, aumenta el consumo de energía.
-Dale un mantenimiento adecuado a tu vehículo. Descuidar la presión de las llantas, su alineación, el filtro de aire, las bujías y la carburación no sólo incrementa el desgaste, también aumenta el consumo de combustible y, en consecuencia, la contaminación.
-Evita que el tanque de gasolina tenga menos de la mitad de su contenido, pues esto incrementa la evaporación del líquido.

Al cargar gasolina:
Carga gasolina temprano por la mañana, pues a esa hora la temperatura del combustible y la del ambiente son menores, con lo cual la densidad del combustible es la idónea.
-Recuerda que entre más lleno esté el tanque menos gasolina se evaporará.
-Despachar el combustible con rapidez estimula la evaporación de la gasolina. Para evitarlo es preferible no mantener apretada la manilla del surtidor.
-Utiliza la gasolina recomendada por el fabricante.
-Evita los momentos en que las pipas están descargando combustible en las gasolineras, pues eso remueve sedimentos de los depósitos y corres el riesgo de cargar combustible sucio, lo cual reduce el rendimiento del motor.
-Comprueba que el consumo medio establecido por el fabricante coincide con el consumo real del vehículo. Si no fuera así, es posible que tu automóvil necesite una revisión.

Al adquirir un automóvil:
Antes que nada conviene reflexionar si la compra es realmente necesaria, porque tal vez los gastos de adquisición, uso y mantenimiento podrían ser destinados a cubrir otras necesidades más importantes.
Toma en cuenta que la compra de un automóvil va asociada a una serie de gastos adicionales.

Si la adquisición es realmente necesaria:
-Ignora la publicidad (como la del vehículo en la imagen) y evalúa tus necesidades reales.
-Busca opciones de vehículos ahorradores de energía, porque con ellos será menos costoso el uso y el mantenimiento. Exige información de rendimiento: kilómetros por litro de gasolina.
-Checa los índices de emisiones de contaminantes (gramos de CO2).
-Coteja marcas, precios y modelos. (Ve el sitio web www.ecovehiculos.gob.mx)
-Recuerda la frase popular: “No todo lo que brilla es oro”, para no guiarte exclusivamente por la apariencia.

No olvides que:
-El parque automotor es la principal fuente de contaminación en las ciudades y el mayor generador de dióxido de carbono (CO2), el gas de efecto invernadero más abundante, causante del cambio climático.
-Recupera con tus amigos y familiares la cultura del “aventón”, para que varios puedan viajar en un solo vehículo y acompañados.
-En ocasiones, la manera más eficiente de transportarnos es no usando transporte alguno: solamente caminando.