Mead Johnson cede: Cuidará la salud de bebés
7 de noviembre de 2007. La empresa Mead Johnson cedió a la presión pública y aceptó firmar el acuerdo a favor de la lactancia, promovido por la Secretaría de Salud, el cual ya había sido aceptado por todos los demás productores de fórmulas lácteas que sustituyen la leche materna. Ahora es indispensable un monitoreo riguroso de este acuerdo, advierte El Poder del Consumidor.
La trasnacional Mead Johnson, de la farmacéutica Bristol Mayers Squibb, era la única empresa productora de sustitutos de la leche materna que se negaba a firmar el Acuerdo Nacional Pro Lactancia Materna, a pesar de que este acuerdo favorecía la salud de los recién nacidos. Por ello, El Poder del Consumidor exhibió públicamente la actitud de la empresa.
La importancia de este acuerdo estriba en que la leche materna contiene ácidos grasos no saturados de gran importancia para el crecimiento y desarrollo cerebral, lo cual propicia un mayor desarrollo motriz e intelectual en los niños. Además, las personas que fueron amamantadas tienen menos problemas de alergias a alimentos, alergias respiratorias, hipertensión, cáncer y otras enfermedades. Asimismo, las madres que amamantan tienen menor riesgo de cáncer en pecho y ovario. Así, al reemplazar la lactancia materna por sucedáneos (fórmulas lácteas) aumenta el riesgo de enfermedades e infecciones, no sólo en los primeros meses (especialmente críticos) sino en toda la vida.
Pese a ello, los sustitutos de la leche materna han sido promovidos en forma irresponsable. En África, la empresa Nestlé publicitó sus productos como una opción superior a la leche materna, lo cual provocó muerte y desnutrición en miles de niños que pudieron haber sido amamantados. Esta falta de ética empresarial llevó a OMS a establecer un código de publicidad aun más estricto que para el tabaco.
En México, firmaron el acuerdo pro-lactancia Nestlé, Bayer, Wyeth, Pisa, PBM, Novag y Mead Jonson. Estas empresas se comprometen a: no realizar ningún tipo de publicidad que promueva el uso de sus productos en niños menores de un año; no contactar a mujeres embarazadas, madres o miembros de su familia para promover fórmulas lácteas; no ofrecer muestras gratuitas de dichas fórmulas a madres, miembros de la familia, hospitales públicos y privados, o a profesionales de la salud; no ofrecer incentivos financieros directos al personal de las unidades de salud, entre otras medidas.
“Sugerimos que el acuerdo incluya sanciones importantes y que el monitoreo semestral se haga público para que los ciudadanos podamos vigilar el compromiso de las empresas, ya que a algunas de ellas no les importa poner en riesgo la salud de los infantes”, señaló Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor.
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