Demandamos fármacos genéricos para VIH
31 de julio de 2008. En el marco de la Conferencia Internacional de Sida 2008, que inicia el domingo 2 de agosto, y ante la forma inescrupulosa como las grandes empresas farmacéuticas lucran con la gravedad de esta pandemia, El Poder del Consumidor AC demandó al gobierno mexicano que inicie la producción o importación de fármacos genéricos para atender a todos los portadores del virus, como ya lo han hecho otras naciones.
«La negativa del gobierno a romper las patentes es una manera de entregar los impuestos de los mexicanos a los grandes farmacéuticas y dejar fuera de cobertura a gran parte de los afectados. Se calcula que las instituciones públicas de nuestro país erogan más de mil quinientos millones de pesos en antirretrovirales. Esa cantidad traería enormes beneficios si se dirigiera a la prevención del Sida y otras enfermedades”, comentó Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor.
Hace unos días, la Comisión Permanente pidió a la Secretaría de Salud «ajustar la reglamentación existente para que se permita la compra de antirretrovirales genéricos para el tratamiento de esta enfermedad, orientado a garantizar el acceso universal, permanente y sustentable».
Esa meta sólo será viable si México sigue el camino de Brasil, India y otras naciones que, ante las necesidades sociales, adecuaron sus leyes para producir medicamentos genéricos para el tratamiento del VIH-SIDA y otras enfermedades.
En Brasil, desde 1996 existe una ley que le permite fabricar genéricos a un precio accesible y aunque en 2001 esto provocó una demanda de Estados Unidos ante la Organización Mundial del Comercio, la OMC estableció que Brasil tenía derecho a una política de medicamentos que le permitiera enfrentar situaciones de emergencia.
Así, desde 1998 Brasil produce antirretrovirales para el tratamiento del VIH-SIDA, con lo cual ha reducido su costo en 80%, lo cual le permite obsequiar estos medicamentos en las clínicas estatales.
Incluso en 2007, ya dentro de los acuerdos de la OMC, Brasil rompió la patente del fármaco Efavirez, de Merck Sharp & Dohme, por ser un medicamento de primera necesidad y demasiado caro. El gobierno brasileño había intentado negociar con el laboratorio, que únicamente ofreció una pequeña reducción en el precio a pesar de que el sustituto de ese antirretroviral era vendido en la India a sólo 45 centavos de dólar la unidad.
Otro caso es el de la India que, aunque es miembro de la OMC, se mantiene como «la farmacia para el mundo en desarrollo», a decir de Médicos Sin Fronteras, pues exporta 67% de los medicamentos genéricos que produce. Según esa organización, de la India procede la mitad de los medicamentos que distribuye UNICEF y de 75% a 80% de los fármacos que entrega la International Dispensary Association. Además, India exporta materias primas para la producción de medicamentos de bajo costo.
Según el informe Invertir en la vida, de Oxfam, la India es el único país en donde una farmacéutica ha concedido licencia voluntaria para la producción de un antirretroviral de segunda línea (para los pacientes que desarrollan resistencia al medicamento de primera línea; estos medicamentos son diez veces más caros). Fue Bristol-Myers Squibb que licenció el medicamento Atazanavir a la empresa india de genéricos Emcure.
Otros países en donde se venden a bajo costo los antirretrovirales son Sudáfrica, Tailandia y los países del Caribe.
En México, la Secretaría de Salud ha reconocido que la industria farmacéutica (Merck, Glaxo Smithkline, Abbot y Bristol-Myers Squibb) vende los antirretrovirales hasta cuatro veces más caros que en otros países de América Latina. Esto explica por qué el gobierno federal, a pesar de invertir cada año 1,500 millones de pesos en antirretrovirales, sólo logra una cobertura del 31% de los afectados.
Aunque el gobierno afirma que 42 mil mexicanos padecen VIH-SIDA, el reciente informe de Naciones Unidas señala que en México hay 200 mil portadores del virus. Por ello, el Sida debe ser declarada emergencia nacional y el gobierno debe producir o importar genéricos.