Tan dañina el azúcar como el alcohol y el tabaco: experto
• El consumo de azúcar se ha triplicado a nivel mundial en los últimos 50 años, por lo que la amenaza que representa para la salud y la adicción que genera merece que reciba el mismo trato que el alcohol por parte de los gobiernos.
• Para disminuir el consumo de refrescos y bebidas azucaradas en el país y, por tanto, disminuir los índices de obesidad y enfermedades relacionadas es necesario establecer un impuesto de $2 pesos por cada litro, y no de $1 peso por litro de refresco, como lo planteó el Ejecutivo mexicano en su iniciativa.
16 octubre 2013. El azúcar en sus distintas formas (azúcar refinada, denominada sacarosa, la fructosa y el jarabe de maíz de alta fructosa) es tan tóxica y dañina para la salud de quienes la consumen en exceso, como el alcohol y el tabaco, por lo que su consumo debe ser controlado para proteger la salud pública.
Así lo recomendó el doctor Robert Lustig, de la División de Endocrinología de la Universidad de California y experto en el metabolismo del azúcar, durante la conferencia magistral “La Pandemia del Azúcar: El desencuentro de la política pública con la política”, convocada por la ALIANZA POR LA SALUD ALIMENTARIA —de la que somos parte.
De acuerdo con Lustig, el consumo excesivo de azúcar, en especial de fructuosa, presente en refrescos, es el causante de la epidemia mundial de obesidad y diabetes, así como de enfermedades asociadas (el síndrome metábolico) y de diversos tipos de cáncer, además de dañar directamente al hígado.
El neuroendocrinólogo aseguró que nuestro actual medio ambiente nutricional es «tóxico» debido los altos contenidos de azúcar y bajo contenido de fibra y que la única forma en que la sociedad puede revertir esto es cambiando el medio ambiente alimentario. Esto significa, dijo, ingerir bajas cantidades de azúcar y mayores cantidades de fibra. En otras palabras, explicó, consumir alimentos «reales».
Advirtió que el consumo de azúcar se ha triplicado a nivel mundial en los últimos 50 años, por lo que la amenaza que representa para la salud y la adicción que genera merece que reciba el mismo trato que el alcohol por parte de los gobiernos.
Se dijo esperanzado en que la industria alimentaria haga lo correcto, que sería vender comida de verdad, alimentos sin refinar. Tenemos la capacidad tecnológica para ofrecer y poder comer comida de verdad, dijo.
Advirtió que si bien el problema del sobrepeso y la obesidad es multifactorial, no se debe hablar de responsabilidad individual, pues las enfermedades relacionadas han colapsado al sistema público de salud de países como México.
Señaló que tanto en nuestro país como en Estados Unidos, las etiquetas de los alimentos no informan correctamente sobre la cantidad y tipos de azucares que contienen, que son el verdadero problema para la salud de quienes los consumen.
De acuerdo con Lustig, el azúcar no es necesario para ninguna función o reacción del cuerpo humano. Se trata, dijo, de un ingrediente que aumenta el almacenamiento de grasa en el cuerpo, pero no sacia el hambre. Por el contrario, engaña al cerebro haciéndole creer que tiene hambre.
Por su parte, el doctor Abelardo Ávila, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, dijo que no se debe permitir que prevalezcan los intereses de la industria refresquera por encima de la salud de la población.
Reconoció que la iniciativa de gravar los refrescos es ya un gran logro, aunque de llevarse a cabo no será suficiente para combatir la obesidad en nuestro país, por lo que todavía habrá mucho que trabajar en ese sentido.
Asimismo, Alejandro Calvillo, nuestro director de El Poder del Consumidor, afirmó que para disminuir el consumo de refrescos y bebidas azucaradas en el país, y por tanto disminuir los índices de obesidad y enfermedades relacionadas, es necesario establecer un impuesto de $2 pesos por cada litro.
Explicó que un impuesto de $1 peso por litro de refresco, como lo planteó el Ejecutivo en su iniciativa, disminuiría en un 10% el consumo de refrescos.
Calvillo se pronunció porque los recursos recaudados por este impuesto se destinen a instalar bebederos de agua en todas las escuelas del país.
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Presentación de la conferencia magistral del doctor Robert Lustig > descargar (PDF, 26.79 Mb)
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