Insuficiente el presupuesto asignado para bebederos en escuelas
• Es la tercera parte de lo recomendado por el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, sólo para iniciar su instalación.
• Castigan al Programa de Prevención y Control del Sobrepeso, Obesidad y Diabetes con el equivalente al 0.23% del presupuesto total destinado a Salud.
9 septiembre 2014. La ALIANZA POR LA SALUD ALIMENTARIA reconoce la asignación del 15% del presupuesto para bebederos en escuelas dentro del Paquete Económico 2015, sin embargo el monto que equivale a $1 mil 360 millones 87 mil 240 pesos no es suficiente, ya que faltarían más de $2 mil 186 millones de pesos sólo para iniciar la operación, de acuerdo con el estudio «Valoración de impacto presupuestario», elaborado por el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, en el que se estima una inversión de más de $11 mil millones de pesos para la instalación de bebederos, dividido en tres años: Año 1, $3 mil 546.4 mdp; Año 2, $3 mil 866.8 mdp; y Año 3, $4 mil 187.1 mdp.1 Es importante tomar en cuenta que este estudio se realizó cuando el proyecto de reforma contemplaba sólo las escuelas con más de 100 estudiantes, siendo posteriormente ampliado a todas las de educación básica, aun cuando contaran con menos de 100 alumnos.
«La partida asignada para bebederos es de alrededor del 30% de lo proyectado para el primer año, lo que pone en riesgo todo el proyecto, al pasar de una propuesta de instalación en tres años a alrededor de 12 años, un programa que se traslaparía a tres sexenios, en los que todo se puede quedar en el olvido», comentó Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor —organización civil integrante de la ALIANZA POR LA SALUD ALIMENTARIA.
La asignación del recurso a bebederos carece de congruencia absoluta, sobre todo si se compara con la recaudación esperada por el gobierno por el impuesto a las bebidas azucaradas y alimentos calóricos, que se inició como medida fiscal en el combate a la obesidad y diabetes, en la cual el acceso al agua potable es imprescindible para evitar consumo de refrescos.
Juan Martín Pérez, director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) —también integrante de la ALIANZA POR LA SALUD ALIMENTARIA—, apuntó que es necesario que el Estado Mexicano cumpla con lo dispuesto en el artículo 4° de la Convención sobre los Derechos del Niño, el cual establece que los Estados parte deben destinar hasta el máximo de sus recursos posibles a garantizar los derechos de niñas, niños y adolescentes. Asimismo, es necesario que los recursos económicos destinados a tal fin sean eficientes y que su ejecución sea desagregada y transparente.
Añadió Pérez: «En este sentido, señalamos que la aplicación del presupuesto destinado a dotar de bebederos las escuelas del país debe de ir acompañado de un diagnóstico previo que permita conocer las necesidades reales y los obstáculos que enfrentan los planteles educativos y los propios niñas y niños para poder acceder al agua potable en estos espacios. Para garantizar el derecho de niñas y niños al agua y a la salud no sólo se requiere un presupuesto que permita colocar infraestructura sino además aquel que garantice que dicha infraestructura sea funcional y que tenga un impacto en la vida de la infancia de nuestro país».
Es importante señalar que adicional a la asignación del recurso para la instalación de beberos se vuelve indispensable tomar en cuenta que existen muchas escuelas con grandes carencias, que ni siquiera cuentan con fuentes de abastecimiento de agua, por lo que a estas comunidades no se puede enviar un recurso hasta que no se resuelva la distribución del agua.
Con base en información del INEGI,2 así es como se encuentra la distribución del vital líquido en las escuelas:
En México existen 206 mil 155 escuelas de educación básica de las cuales:
- 148 mil 931 se abastecen de agua de la red pública.
- 7 mil 555 del agua de pipa.
- 19 mil 647 de agua de pozo.
- 15 mil 415 acarrean el agua.
- 6 mil 489 no disponen de agua.
En este contexto, Claudia Campero, de Proyecto Planeta Azul —organización integrante de la ALIANZA POR LA SALUD ALIMENTARIA—, afirmó: «Mientras que reconocemos como positivo que se estén asignando recursos para instalar bebederos en las escuelas, es indispensable tener claridad en las reglas de operación que garantice que aquellas escuelas que no tengan acceso al agua lo obtengan pues de nada sirven bebederos que potabilizan el agua si no se cuenta con el líquido en el plantel. Estaremos al pendiente de la transparencia en el ejercicio de este presupuesto y que se haga con tecnologías acordes a los contextos específicos para no gastar dinero en infraestructura que rápidamente se vuelve inútil».
Ron Sawyer, director de Sarar-Transformación, opinó que el manejo del agua para beber en las escuelas requiere de una estrategia integral que incluya asegurar que en el punto de uso se tenga calidad de agua que proteja la salud. «La instalación de bebederos en escuelas debe contemplar un acompañamiento de un proceso social integral para que los mismos usuarios entiendan los riesgos asociados al agua contaminada —incluyendo que los alumnos analicen la mayoría de las fuentes de agua en México porque no son confiables— y entiendan que el saneamiento incluye una visión de manejo de flujos —de aguas servidas, aguas jabonosas, excreta, etc.—, vinculado a una visión integral ambiental y de seguridad alimentaria. Las comunidades escolares deben acompañar el proceso de toma de decisión sobre las soluciones técnicas y asegurar contar con el conocimiento para llevar a cabo su plan de operación y mantenimiento», concluyó Sawyer.
Para la Red de Acción por el Agua FANMex —otra organización integrante de la ALIANZA POR LA SALUD ALIMENTARIA— existe un avance en la asignación de recursos para la implementación de bebederos de agua en escuelas, sin embargo es impostergable que México transite a una gestión sustentable del agua que conserve y restaure su ciclo completo, con el fin de poder asegurar fuentes de agua de calidad y continuas para la presente y futuras generaciones. Además es muy importante que se asignen recursos para el desarrollo de campañas que informen de manera coordinada que este programa por un lado está cumpliendo con el derecho humano al acceso al agua de calidad y continua para la comunidad escolar, y por el otro está informando sobre la importancia y los beneficios de beber agua como medida de prevención de enfermedades asociadas a la obesidad.
Mientras que el aumento en la prevalencia de obesidad infantil en México continúa —34.4%, utilizando los criterios de la Organización Mundial de la Salud— el recurso asignado al Programa de Prevención y Control del Sobrepeso, Obesidad y Diabetes recibió sólo el 0.23% del total destinado a Salud, con lo que se muestra el poco compromiso que existe de parte de las autoridades a dar una lucha frontal contra esta epidemia que ataca a gran parte de los mexicanos. Esta partida corresponde únicamente al 1.84% de lo que se recaudará en 2015 para el IEPS a refrescos y bebidas azucaradas.
Alejandro Calvillo comentó que la estimación en los costos totales de la obesidad en 2012 llegaron a $80 mil millones de pesos y para el 2017 se pronostica puedan llegar hasta $150 mil millones de pesos, por lo que se vuelve crucial la necesidad de invertir en prevención como la única manera de frenar la obesidad y diabetes. Reiteró que las autoridades deberían darse cuenta que de no hacerlo se incrementarán cada vez más los costos para el Estado y las familias.
Al respecto, Luis Manuel Encarnación, de la Fundación Mídete —otra organización integrante de la ALIANZA POR LA SALUD ALIMENTARIA—, expresó: «Tras la aprobación del impuesto al refresco y a las bebidas azucaradas, la Ley de Ingresos contemplaba el uso de los recursos para programas de prevención de la obesidad, principalmente para el acceso al agua potable. Lamentablemente esto no se vio reflejado en el Presupuesto de Egresos de 2014 a causa de una grave omisión legislativa. Ahora que el presidente y el secretario de Hacienda presentaron el Paquete Económico para 2015, sólo se pretende asignar menos de $350 millones de pesos para el combate a la obesidad, lo que es menos de 2% de lo que recaudaría por el impuesto en 2015 (que asciende a más de $18 mil millones de pesos). En el tema de bebederos para las escuelas, la situación es igual de grave, ya que sólo se les destinarían cerca de $1 mil 360 millones de pesos, que es una tercera parte de lo que se necesita para mejorar la hidratación de los niños».
La ALIANZA POR LA SALUD ALIMENTARIA espera que los diputados reformen la propuesta y asignen los recursos necesarios, ya que fue el mismo legislativo quien se comprometió a que los recursos generados por el impuesto al refresco se destinarían a salud y a la introducción de bebederos en escuelas.
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1 Valoración del Impacto Presupuestario, Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, Cámara de Diputados.
2 INEGI – SEP, Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica y Especial, CEMABE 2013. Disponible en: www.censo.sep.gob.mx/docs/Centrosdetrabajo/Centrosdetrabajo8.pdf
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