El etiquetado frontal de advertencia se suma a los objetivos del Día Mundial del Corazón

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  • La creación de entornos saludables busca evitar enfermedades cardiovasculares.
  • Una alimentación saludable representa hasta un 33% menos de riesgo de desarrollar estas enfermedades.

29 septiembre, 2019. Desde el año 2000 se celebra el 29 de septiembre de cada año el Día Mundial del Corazón, una iniciativa en conjunto de la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS).

En este 2019 la organización de esta fecha gira en torno a la importancia de crear entornos saludables que permitan reducir los factores de riesgo que se encuentran asociados a las enfermedades cardiovasculares (ECV).

Las ECV son la principal causa de muerte en todo el mundo. Cada año hay más muertes asociadas a esto que a cualquier otra causa.

El cálculo de fallecimientos por ECV en el 2012 alcanzó la cifra de 17.5 millones. Esto representa un 31% de todas las muertes registradas en el mundo. De estas muertes, 7.4 millones se debieron a cardiopatías coronarias y 6.7 millones a enfermedades cerebrovasculares.

En todo el mundo, de los 16 millones de muertes de personas menores de 70 años atribuibles a enfermedades no transmisibles, un 82% corresponden a los países de ingresos bajos.

En México, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte. De acuerdo con el Inegi, sólo en el 2015 fallecieron 166 mil 934 mexicanos por esta causa. De ellos, 88 mil 144 muertes fueron a causa de enfermedades isquémicas del corazón y 34 mil 106 por enfermedades cerebrovasculares.

Además, en nuestro país, de la cifra total de muertes por ECV, alrededor de 40 mil se consideran prematuras, pues las personas tenían entre 30 y 69 años de edad.

Ante estas cifras, es momento de actuar. Un buen porcentaje de las muertes relacionadas con cardiopatías podría evitarse al adoptar una alimentación saludable que reduzca el consumo de sal, combinada con ejercicio y eliminando el tabaco. La información en los alimentos permite crear así entornos saludables con una oferta de alimentos nutritivos, en contraposición con los ambientes obesogénicos donde se desconoce el contenido de sal, grasas, azúcares y calorías en los alimentos.

Una alimentación saludable disminuye el riesgo de ECV. Las personas con dietas basadas en granos integrales, frutas, verduras, legumbres, nueces y otras grasas saludables presentan un 33% menos de riesgo de desarrollar estas enfermedades, mientras que las dietas ricas en comida chatarra, altas en harinas refinadas, azúcares añadidos, grasas trans y carnes procesadas dañan la salud.

El actual etiquetado frontal nutrimental (GDA) no es entendible y falla al momento de informar a los consumidores sobre la cantidad de sal, calorías, grasas y azúcares que contienen los alimentos procesados, por lo que su ingesta es mayor a la recomendada por organismos internacionales de la salud.

Como parte de una estrategia integral que permita a las personas vivir en entornos saludables, donde se minimicen los riesgos de desarrollar ECV, insistimos en la necesidad de un Etiquetado Frontal de Advertencia que le permita a la gente tomar decisiones informadas sobre los alimentos que consumen.

Exigimos por eso un #EtiquetadoClaroYA.

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