Salarios dignos
La Iniciativa Salarios Dignos Norte-Sur establece que un salario digno es un elemento fundamental en la responsabilidad social y económica de los negocios. Si una entidad de negocios no compensa a sus trabajadores con un salario digno, o se asegura de que los trabajadores de las compañías que constituyen su cadena de abastecimiento son también compensados con un salario digno, entonces sólo puede concluirse que estos trabajadores están siendo explotados al recibir salarios de hambre.
¿Cómo puede una entidad de negocios en esta situación considerarse como una empresa responsable? Si una compañía paga salarios de miseria, entonces debe ser etiquetada como una compañía explotadora, aunque se comporte de una manera muy responsable en otras áreas de su actividad, tanto en lo social como en lo económico y ambiental.
De hecho, su comportamiento es fundamentalmente insostenible, ya que pagar salarios de miseria genera mayor desigualdad y causa mayor degradación social y ambiental, pues contribuye a ensanchar la brecha entre ricos y pobres, tanto en países ricos como en países pobres.
Si hay alguna duda acerca de qué tan fundamental es el papel que juegan las participaciones laborales en las llamadas sociedades democráticas, basta con ver los estatutos de la ONU, donde se establece que un salario digno es un derecho humano. En efecto, en el artículo 23 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, especialmente en los incisos dos y tres, referentes a la compensación igualitaria y la remuneración justa, se afirma:
1.Toda persona tiene derecho al trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección del desempeño.
2.Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.
3.Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social.
4.Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses.
De este modo, en un entorno de verdadera democracia, el interés público siempre prevalece sobre el interés privado de los negocios. Priorizar el interés público sobre el interés privado es indispensable para la vida realmente democrática.
Otras alternativas:
> Software libre.
> Comercio con justicia.
> Energías renovables.
> Creative Commons, no sólo Copyright.