Radiografía de… Nesquik malteda sabor fresa
La información contenida en esta radiografía de producto, podría tener modificaciones debido a la reformulación que la industria de alimentos y bebidas ultraprocesados realiza constantemente. Te sugerimos que verifiques la fecha de publicación de la radiografía.
20 febrero 2012. Esta bebida dista mucho de ser una opción saludable para su consumo frecuente y tampoco se recomienda para niños por contener edulcorantes no calóricos. Es otro ejemplo de los productos que exageran sus propiedades y mienten en su etiqueta para engañar al público consumidor. La realidad aflora al observar la radiografía con la que la nutrióloga Xaviera Cabada, coordinadora de Salud Alimentaria de El Poder del Consumidor, nos desentraña las verdaderas características y el valor nutricional de este producto.
Nesquik malteda sabor a fresa de Nestlé 240 ml (1 taza):
Azúcar:
9.4 gramos por envase, lo que equivale a 2 cucharadas cafeteras de azúcar. Esto cubre del 50% al 67% de lo que un niño puede consumir para todo el día, de acuerdo con la Asociación Americana del Corazón (AAC), pues la cantidad de azúcar máxima tolerada diaria para un niño, conforme con la AAC, es de 3 a 4 cucharadas cafeteras de azúcar.
En comparación con otros productos que son mucho más altos en azúcar (que van del 100% al 200%) pareciera que este producto no está tan mal en azúcar, pero cubrir más de la mitad del azúcar tolerable diaria para un niño en un solo producto tampoco es bueno, ni siquiera es menos peor ya que además de contener azúcar contiene sucralosa o Splenda que es un edulcorante no calórico o comúnmente llamado azúcar de dieta.
Etiquetado:
Su publicidad está dirigida a los niños, ya que en su etiqueta tiene un dibujo con la caricatura de un conejo. Los colores son muy llamativos y contrastantes en la parte frontal, sin embargo en la parte de la información nutrimental utilizan colores que no contrastan tanto como rosa más tipo fiusha y azul marino.
Contiene una pequeña leyenda que dice “100% colorantes naturales, 10 vitaminas y minerales y reducido en azúcar”.
Se podría intuir, respecto a la parte de los colorantes naturales, que las empresas van modificando la composición y calidad del producto, dado a que la sociedad ha estado demandando productos sin colorantes artificiales y algunos gobiernos han sido más estrictos en las regulaciones para colorantes artificiales, especialmente aquellos asociados a cambios de la conducta e hiperactividad.
Por otro lado, establece que es reducido en azúcar, lo cual es engañoso, ya que aún con la “reducción” las cantidades son elevadas (del 50% a casi 70% de lo que un niño puede consumir en todo el día), además de que contiene un edulcorante no calórico, lo cual hace al producto intensamente dulce. Esto induce a que los niños quieran más y más productos dulces, o a que los alimentos naturales se endulcen más durante su preparación.
En otra leyenda dice “sabor a fresa” y en los ingredientes no contiene fresa y ni siquiera contiene el sabor a fresa. Es sólo leche, azúcar y colorantes. Todo el etiquetado induce a creer que es de fresa, pero ni siquiera contiene sabor a fresa.
También se establece que es una malteada, sin embargo de acuerdo a la definición de malteada (batido de leche con frutas) no es en lo más mínimo una malteada, ya que no contiene fruta.
Es importante que el etiquetado no induzca al error, puesto que está claramente establecido en la Norma Oficial Mexicana de etiquetado, NOM-051-SCFI/SSA1-2010, que la información no debe inducir a error y debe ser clara (http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5137518&fecha=05/04/2010).
Ingredientes:
El segundo ingrediente es azúcar, además contiene almidón para hacer al producto más espeso, celulosa microcristalina que le da más estabilidad al producto ante temperaturas frías.
Contiene sucralosa, ya sesulfame K, edulcorantes no calóricos, que no se recomiendan para el consumo de los niños, ya que induce a tener costumbre por alimentos intensamente dulces, lo cual no genera un buen hábito de alimentación sino todo lo contrario; no se conocen todos sus efectos en el organismo a largo plazo. Para un niño es mucho más riesgoso, ya que aún se encuentra en etapa de crecimiento.
De acuerdo a la publicación de la Secretaría de Salud acerca del consumo de bebidas saludables para la población mexicana se establece claramente que el consumo de edulcorantes no calóricos no se recomienda en menores de 12 años (ver Juan A Rivera, MS, PhD, et. al. «Consumo de bebidas para una vida saludable: recomendaciones para la población mexicana», http://www.cienciasdelasalud.edu.ar/powerpoints/bebidas_artic.pdf).
Alguien que consume diario o frecuentemente este tipo de productos tiene mucho mayor riesgo a padecer obesidad y diabetes (ver Vasanti S Malik, et. al. «Intake of sugar-sweetened beverages and weight gain: a systematic review», descargar (PDF, 163 Kb)).
Además, se ha observado que los altos consumos de azúcar provoca adicción, por lo cual, una vez que se convierte en hábito, es mucho más difícil dejarla de consumir (ver Carlo Colantuoni, et. al. «Evidence That Intermittent, Excessive Sugar Intake Causes Endogenous Opioid Dependence», descargar (PDF, 200 Kb)).
Valoración general:
No recomendado para consumo habitual. Se podría tomar como un postre, dado sus altos contenidos de azúcar, mas no es un producto saludable para su consumo frecuente y tampoco se recomienda para niños por contener edulcorantes no calóricos.
Alternativa:
Preparar una malteada auténtica con leche descremada, hielo y alguna fruta de temporada o favorita. Se puede cargar consigo en un recipiente taparosca. Es doble beneficio porque al terminarnos la malteada se puede rellenar con agua simple para tomar durante el día.
Nota: Este producto es básicamente leche con azúcar, almidón, celulosas y colorantes (naturales). Es importante que sigamos exigiendo productos que no perjudiquen nuestra salud, una sociedad que exige es una sociedad que hace cambios y transformaciones.
Es importante también estar alerta a los productos que se anuncian como saludables, ya muchas veces resultan más peligrosos, pues creemos que estamos consumiendo algo saludable y resulta que en realidad no lo es. Sólo son engaños publicitarios.
De esta manera, los consumidores no logramos detectar que dichos productos son en realidad nocivos para nuestra salud. Es importante tener cuidado especialmente si hay alguna condición especial como diabetes o hipertensión. Los consumidores confiados en los etiquetados frontales y las leyendas más visibles frecuentemente hacemos caso a las promociones o a la información que más se resalta en este tipo de productos.
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