Radiografía de… Fuze tea, de Coca-Cola, de 600 ml

La información contenida en esta radiografía de producto, podría tener modificaciones debido a la reformulación que la industria de alimentos y bebidas ultraprocesados realiza constantemente. Te sugerimos que verifiques la fecha de publicación de la radiografía.

26 octubre, 2012 | : Análisis de productos

25 octubre 2012. Los tés forman parte de nuestra cultura como algo benéfico, por lo que es más fácil adoptarlos como opción. Sin embargo, este producto, más que ser un té, es agua con azúcar y algo de extracto de té negro.

Cada botella de 600 mililitros (que es la presentación más común) contiene en total 48 gramos de azúcar, lo cual equivale a 9.6 cucharadas cafeteras.

Tan solo por esa cantidad tan elevada de azúcar que contiene se trata de un producto NO recomendado para consumo habitual.

Observa la radiografía con la que la nutrióloga Xaviera Cabada, coordinadora de Salud Alimentaria de El Poder del Consumidor, nos desentraña las verdaderas características y el valor nutricional de este producto.

 

Fuze tea, de Coca-Cola, de 600 ml:

 

Azúcar:

Cada botella de 600 mililitros (que es la presentación más común) contiene en total 48 gramos de azúcar, lo cual equivale a 9.6 cucharadas cafeteras.

La cantidad de azúcar presente en esta bebida es un exceso, ya que con una sola botella se cubre el 192% del azúcar total máximo tolerado para una mujer, de acuerdo con la Asociación Americana del Corazón (AAC o AHA, por sus siglas en inglés). La Organización Mundial de la Salud establece que no debe haber una ingesta mayor al 10% de las calorías totales de la dieta, con esto se cubre un total del 96% del total de azúcar máximo tolerado bajo esa consideración. Con una sola bebida de estas se está cubriendo el total y hasta el doble de azúcar máxima tolerada.

Por otro lado, se ha visto que con las calorías consumidas en líquido o tomadas hay una menor saciedad, el cerebro no registra la cantidad ingerida igual que cuando son calorías masticadas y además se generan picos de insulina en sangre muy elevados, ya que la absorción del azúcar es más rápida (Bray, et al. Am J Clin Nutr 2004;79:537–43).

En la naturaleza, los azúcares regularmente se encuentran en pocas cantidades y en alimentos que son ricos en fibra. Esto permite que su digestión y absorción se haga más lenta y no provoque una alteración en el organismo. Sin embargo, lo que ha sucedido en las últimas décadas es que a través de la tecnología de alimentos podemos encontrar azúcar (y otros tipos de azúcares) de forma libre y en cantidades excesivas. Hoy en día, uno de los vehículos principales de azúcar al cual se tiene fácil acceso son las bebidas azucaradas.

Se ha observado una asociación directa con la ingesta de bebidas azucaradas y la epidemia de sobrepeso y obesidad; y no sólo eso, también se ha visto una directa asociación con diabetes (Jiménez-Aguilar, et al. J. Nutr. 138: 2454–2461, 2008; Schulze, et al. JAMA 2004;292:927-934). Una persona que toma una bebida azucarada diario tiene una mayor probabilidad de padecer diabetes, aun no teniendo la predisposición genética.

Además, se ha observado que los altos consumos de azúcar provoca adicción, por lo cual, una vez que se convierte en hábito, es mucho más difícil dejarla de consumir [Carlo Colantuoni, et. al. «Evidence That Intermittent, Excessive Sugar Intake Causes Endogenous Opioid Dependence», descargar (PDF, 200 Kb)]. Esta es una razón por la que la población ha adoptado el consumo de bebidas azucaradas como parte de sus hábitos diarios, lo que ha impactado fuertemente en los hábitos tradicionales y la cultura.

Es preocupante que la población cada vez tenga mayor acceso a este tipo de productos y que éstos se hayan convertido en parte de su ingesta cotidiana con la creencia de que están consumiendo un producto saludable. Los tés forman parte de nuestra cultura como algo benéfico, por lo que es más fácil adoptarlos como opción. Sin embargo, este producto, más que ser un té, es agua con azúcar y algo de extracto de té negro.

Ver impactos del consumo de refrescos y bebidas azucaradas en video «The Real Bears»:
http://alianzasalud.org.mx/2012/10/osos-reales-the-real-bears/

 

Sodio:

Una botella de este producto contiene 120 miligramos de sodio.

De acuerdo con el semáforo inglés para productos industrializados se establece que un producto que contenga entre 120 y 600 miligramos de sodio por cada 100 gramos de producto, es considerado moderado en sodio (http://www.food.gov.uk/northern-ireland/nutritionni/niyoungpeople/survivorform/bestreadbefore/signposting).

La relación directa entre mayor consumo de sodio y valores elevados de presión arterial se demuestra en diversos estudios.

La ingesta de sodio en la población ha incrementado considerablemente, ya que la dieta tradicional mesoamericana ha cambiado para ser sustituida por lo que se le ha denominado la dieta occidental o alimentación basada en productos industrializados altos en azúcares, grasas y sal. Solo algunos productos industrializados están exentos de sodio (http://hyper.ahajournals.org/content/47/2/296.full.pdf+html).

Es frecuente que a las bebidas azucaradas se añada sodio para diluir su sabor tan dulce; sin el sodio y otros aditivos no podríamos consumir casi 10 cucharadas de azúcar que contiene este producto, ya que el organismo no lo aceptaría. Es, justo, a través del sodio que engaña al paladar para disimular un sabor exageradamente dulce.

 

Etiquetado:

La etiqueta es naranja con las palabras «Fuze tea» en grande y con un diseño colorido, verde y naranja, con la imagen de un limón partido.

En letras más pequeñas tiene la leyenda de «té negro natural» (esta última palabra de menor tamaño), luego: «sabor limón».

También tiene una leyenda de “sin conservadores”.

En la parte trasera contiene la información nutrimental bajo el formato GDA y lo primero que se observa son las calorías (64) y en la parte de arriba con letras más pequeñas “una porción de 200 ml aporta”. Pero el envase no es de 200 ml (mililitros), sino de 600 ml. En una parte muy poco visible en letras muy pequeñitas, casi ilegibles, se encuentra que las porciones por envase son tres. Una persona que tiene cinco segundos para ver la etiqueta sólo podrá ver la información proporcionada en los GDA, que resulta engañosa puesto que en la información debería decir realmente 192 calorías y el porcentaje sería 9.6%.

Para el caso de los azúcares debería decir 48 g. (gramos) y no 16 g. como lo establece.

Asimismo, el porcentaje que usan es totalmente engañoso por lo siguiente:

Viene acompañado de dos asteríscos (**) para hacer la siguiente referencia: “% de los nutrimentos diarios recomendados basados en una dieta de 2,000 kcal”.

Sin embargo, ningún organismo nacional o internacional o experto en salud establecen una “recomendación” de azúcar añadida, sino una cantidad máxima tolerable. Existe, pues, un máximo tolerable, mas no una recomendación.

El criterio para el porcentaje establecido es, entonces, arbitrario, ya que no corresponde con lo establecido por los expertos, sino que la industria de alimentos y bebidas, particularmente ConMéxico, ha hecho su propio criterio para deducir ese porcentaje sin sustento científico.

Los valores de azúcar que se establecen en el etiquetado son del 18%, pero considerando las cantidades máximo toleradas de azúcar conforme con criterios internacionales, los porcentajes son totalmente distintos.

En este sentido, por ejemplo, el porcentaje de azúcar sería del 196% de la cantidad máxima tolerada, acorde con la AHA, y de 96%, conforme con la OMS.

No hay que olvidar que el etiquetado es la única orientación que el consumidor realmente tiene para conocer cuál es la calidad nutricia de los productos industrializados.

Es importante que el etiquetado no induzca al error, puesto que está claramente establecido en la norma oficial de etiquetado, NOM-051-SCFI/SSA1-2010, que la información no debe inducir a error y debe ser clara (http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5137518&fecha=05/04/2010).

El engaño sobre las atribuciones de este tipo de productos no sólo se da en el etiquetado, sino también en su publicidad (http://www.youtube.com/watch?v=Bmd3w50lYR0; http://www.youtube.com/watch?v=0wTk0cCYU1U; http://www.youtube.com/watch?v=ee9-xwmtQ_4).

Como se puede constatar, en uno de sus comerciales ponen muchas frutas fusionándose con agua y lo hacen ver muy saludable, lo cual no corresponde a lo que en realidad ofrece su producto.

 

Ingredientes:

Agua, azúcares, concentrado «Fuze Tea Limón».

Un punto interesante en el listado de ingredientes es que se pone como ingrediente un “concentrado Fuze Tea Limón”, pero en realidad no establece exactamente qué es.

De tal forma que no sabemos, en absoluto, de qué se integra dicho concentrado; como consumidores estamos totalmente expuestos a la buena fe de que el concentrado no sea nocivo.

Suponemos, entonces, que se trata de saborizante de limón y extracto de té negro.

 

Valoración general:

No recomendado para consumo habitual.

Se puede consumir esporádicamente o diluido al 50% (aunque aún así el consumo de azúcar sería elevado).

Definitivamente no es un producto saludable.

 

Alternativa:

Preparar té negro natural en casa y añadir un poco de limón. De preferencia sin azúcar, aunque se puede usar miel o azúcar mascabado.

No olvidemos que la obesidad es una enfermedad y además es una epidemia, que se presenta porque existe “algo” en el ambiente que está enfermando a la gente. A diferencia de otras epidemias que se han presentado en la historia, aquí entre lo que nos está enfermando se encuentra el consumo de productos ultra industrializados a lo que se le ha denominado la “dieta occidental”, que consiste en el alto consumo de productos con concentraciones elevadas de azúcar, grasa, sal, harinas refinadas y bajos en fibra.

La obesidad no es una cuestión de “decisión personal”, ya que existe un fuerte engaño con referencia a lo que consumimos (Lustig, 2010. http://www.youtube.com/watch?v=277MKP7uV5g).

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