Radiografía de… Yakult, producto lácteo fermentado (80 ml., 1/3 de vaso)

La información contenida en esta radiografía de producto, podría tener modificaciones debido a la reformulación que la industria de alimentos y bebidas ultraprocesados realiza constantemente. Te sugerimos que verifiques la fecha de publicación de la radiografía.

9 febrero, 2015 | : Análisis de productos

Yakult-3• Contiene 2½ cucharadas cafeteras de azúcar en un botecito.

• Su publicidad se basa en los beneficios de los lactobacilos, sin alertar respecto a la cantidad de azúcares presentes.

• Beber un Yakult es como echarte un “shot” de azúcares, ya que contiene sacarosa (azúcar de caña) y glucosa.
 

9 febrero 2015. Yakult es un producto lácteo fermentado por el Lactobacillus casei Shirota.

¿Qué es el Lactobacillus casei Shirota? Es una bacteria a la que se le han considerado beneficios, como inhibir algunos microorganismos patógenos (Salmonella, Shigella y Helicobacter), reducir la intolerancia a la lactosa y aumentar la respuesta inmunológica, además de prevenir malestares intestinales y mantener el balance de la microflora intestinal (www.fda.gov/Determination for the Use of Lactobacillus casei Strain Shirota As a Food Ingredient.pdf).

Pero es muy diferente consumir esta bacteria a través del yogur natural a consumirla a través de un producto industrializado.

Aún se desconocen todos los efectos inmunológicos (aumento en la respuesta inmunológica) que se pudiesen tener con el consumo de productos probióticos (rivm.openrepository.com/Immune effects of Lactobacillus casei Shirota.pdf).

 

Del “distintivo nutrimental” mexicano

 

Debido a que en nuestro país se ha aprobado una nueva regulación de etiquetado de alimentos y bebidas por la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris), estaremos presentando en nuestras radiografías una serie de productos procesados que cumplen con ciertos criterios para portar un “distintivo nutrimental” y que podrán publicitarse en horarios infantiles, a pesar de ser altos en azúcar y calorías —lo que representa un riesgo a la salud ante su alto consumo—, y contradictoriamente el gobierno mexicano los avalará como “mejores” productos (elpoderdelconsumidor.org/Daña Cofepris derechos de consumidores con nuevo etiquetado de alimentos).

El Poder del Consumidor ha denunciado públicamente los criterios que ha aprobado Cofepris, los cuales expertos consideran ser de riesgo para la salud de los consumidores (elpoderdelconsumidor.org/Advierten expertos riesgo de nuevo etiquetado en carta abierta a Peña Nieto).

En este contexto, la nutrióloga Xaviera Cabada está valorando diversos productos que paradójicamente podrán ser portadores de un “distintivo nutrimental” y publicitarse en horarios infantiles, a pesar de que, incluso, en varios casos ya se gravan con un impuesto por ser considerados no nutritivos (elpoderdelconsumidor.org/Impera caos y contradicción en los criterios del gobierno para combatir la obesidad).

 

Yakult, producto lácteo fermentado (80 mililitros, 1/3 de vaso):

 

Azúcar:

El envase de 80 mililitros (un botecito) contiene 12.56 gramos de azúcares añadidos, equivalente a 2½ cucharadas cafeteras de azúcar, lo cual cubre del 50.2 al 83.6% de lo máximo tolerado de azúcar para un adulto para todo el día, de acuerdo con la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés), pues este organismo indica que la cantidad de azúcar máximo tolerada para un adulto es de cinco (mujeres) a siete (hombres) cucharadas cafeteras para todo un día.

Si un niño o niña se toma un botecito equivaldría del 50.2 al 83.6% de lo máximo tolerado para un niño o niña para todo el día, ya que la ingesta máxima tolerada de azúcar añadida para niño o niña diaria debe ser no mayor de tres a cuatro cucharadas cafeteras, de acuerdo con la AHA.

Es frecuente que padres de familia incorporen este producto para el desayuno, lunch escolar o colación de sus hijos o hijas, creyendo que obtendrán un beneficio en su digestión.

Beber este producto podría equivaler a ingerir un “shot” de azúcares, ya que contiene sacarosa (azúcar de caña) y glucosa, por lo que difícilmente un consumidor podría saber las cantidades de azúcares que están ingiriendo con este producto.

Un niño o niña que bebe este producto de manera cotidiana tendrá un impacto negativo en sus hábitos de alimentación, generando gusto por los sabores dulces.

Además, la alta ingesta de azúcares está directamente asociado con trastornos del metabolismo (care.diabetesjournals.org/content/Sugar-Sweetened Beverages and Risk of Metabolic Syndrome and Type 2 Diabetes.full.pdf+html).

 

Ingredientes:

Agua, azúcar, 3.6% de leche descremada en polvo, glucosa, saborizante artificial, Lactobacillos casei Shirota 108 UFC/ml (significa que el producto contiene 100 millones de bacterias).

Contiene dos tipos de endulzantes: azúcar de caña y glucosa.

El segundo ingrediente es azúcar.

La cantidad de leche en polvo que contiene es de tan sólo 2.88 gramos, mientras que la cantidad de azúcar son 12.5 gramos, es decir, cuatro veces más azúcar que leche.

Por otro lado, el producto dice que contiene saborizante artificial, pero no especifica qué tipo.

Respecto a la parte de los lactobacilos, el producto especifica la cantidad de bacterias presentes. Sin embargo, en su publicidad asegura tener más de 8 MIL millones de bacterias, cuando el producto solamente llega a los 100 millones.

Aunque no se ha fijado un monto mínimo de lactobacilos para los productos- hay estudios que demuestran que la cantidad mínima necesaria para que los lactobacilos sobrevivan al pH del tracto gastrointestinal tendría que ser mayor a los 100 millones de lactobacilos (108 UFC/ml).

 

Etiquetado:

La etiqueta es muy sencilla. Se muestra el tipo de producto “alimento lácteo fermentado”, el nombre de la marca “Yakult” y una pequeña leyenda que indica que “contiene más de 8 mil millones de Lactobacillus casei Shirota”.

Esta última leyenda es engañosa, ya que el producto solamente contiene 100 millones de Lactobacillus casei Shirota, es decir, apenas contiene lo mínimo necesario para que pueda tener algún beneficio a la salud. Si se hace una comparación con la cantidad de azúcares que contiene para el tamaño de porción, los beneficios terminan siendo pocos, o inclusive para algunos casos podría hasta llegar a afectar.

Este detalle es importante, ya que en última instancia no se estaría obteniendo ningún beneficio a la salud. Si bien, como se mencionó previamente, aún no existe un acuerdo que establezca cuál es la mínima concentración de microorganismos probióticos en un producto para obtener beneficios en la salud, se ha establecido por diversos estudios que la concentración mínima deberá ser mayor a 108 UFC/ml (www.sciencedirect.com/science/article/Effect of acidification on the activity of probiotics in yoghurt during cold storage).

«La publicidad se basa en el alto contenido de lactobacilos (¡más de 8 MIL millones!), cuando realmente no contiene ni la décima parte de lo que establece su publicidad y leyendas en el etiquetado. La misma etiqueta se contradice. En la parte frontal se establece que el producto contiene más de 8 MIL millones (MIL millones se expone como 10 a la 9), y en los ingredientes se establece que contiene 100 millones o 10 a la 8 (ni siquiera 1 MIL)».

Debido a que son números difíciles de entender, un consumidor que sólo tiene unos segundos para revisar etiquetas en el mercado o supermercado jamás podría detectar este engaño. Se requeriría de una calculadora científica y mucho tiempo de revisión para poder deducir esta información.

Lo que los consumidores sí logramos captar es que es «bueno para el estómago», «bueno para la digestión» o «bueno para la flora intestinal». Esto es gracias a la publicidad que tiene en televisión e internet. Sin embargo, es información engañosa que se contradice en la etiqueta del producto. Difícilmente un consumidor podría notar el engaño.

Los consumidores tenemos derecho a no ser inducidos al engaño a través de leyendas como las que este producto utiliza, ya que la población podría incorporarlo como parte de su alimentación de manera cotidiana, sin saber que los beneficios a la salud no son realmente tantos como se hace creer.

Una persona que ya presenta algún padecimiento relacionado al alto consumo de azúcares, como la diabetes, tendría que ser alertado para su consumo.

Desafortunadamente para el “producto lácteo fermentado” la Norma Oficial Mexicana 185-SSA para Productos Lácteos Fermentados no se establece un mínimo de microorganismos viables, lo cual protegería a los consumidores de estos engaños (ver: productos lácteos fermentados en www.salud.gob.mx/unidades/cdi/nom/185ssa12.html).

Los etiquetados deben orientar a los consumidores y no inducir al engaño.

Es importante que al consumidor se le proporcione información veraz. De acuerdo con la Norma Oficial Mexicana de etiquetado y el Reglamento de la Ley de Salud en Materia de Publicidad no se debe engañar al consumidor, sino que se debe proteger al consumidor del engaño publicitario (www.salud.gob.mx/unidades/cdi/nom/compi/Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Publicidad.html).

 

Publicidad:

Se basa en los lactobacilos que contiene el producto. Lo que no se menciona es que la cantidad de éstos es apenas mínima para sobrevivir la flora intestinal, es decir, no es suficiente para obtener los beneficios a la salud que promete el producto.

Es importante mencionar que la supervivencia de las cepas en el producto final dependerá de muchos factores como pH, presencia de conservadores y de sustancias inhibidoras de crecimiento potenciales KCl, sacarosa o aspartame.

Debido a que el producto contiene sacarosa, no hay forma de comprobar si la cantidad final de lactobacilos es realmente la cantidad que se establece en la lista de ingredientes (www.repositoriodigital.ipn.mx/Estudio de la viabilidad de Lactobacillus casei Shirota_.pdf).

El tipo de publicidad que tienen estos productos debe ser regulada, no sólo para la infancia, sino para toda la población. Esta fue una de las recomendaciones solicitadas por la sociedad civil y movimientos sociales como parte de la Declaración de la Sociedad Civil para la Segunda Conferencia Internacional de Nutrición (CIN2) (www.fao.org/icn2).

Un aspecto importante a destacar es la presencia que tiene Yakult en los congresos de nutrición, inclusive tienen su propio “Centro científico” Yakult Central Institute for Microbiological Research.

La industria procesadora de alimentos y bebidas frecuentemente utiliza este tipo de estrategias para generar confianza, credibilidad y fidelidad a la marca. Sin embargo, lo que realmente genera es confusión entre estudiantes y jóvenes profesionistas.

Los futuros trabajadores de la salud difícilmente logran detectar que al responder a las “ofertas” que se hacen en los congresos, podrían estar ante un conflicto de interés o cierta fidelidad hacia la marca, induciéndoles a ser promotores indirectos, ya que existen algunos trabajadores de la salud podrían recomendar su consumo.

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Yakult en su página web habla sobre la obesidad infantil y cómo prevenirla a través de hábitos saludables, entre ellos, el consumo de probióticos, los cuales están presentes en su producto, sin mencionar que éste tiene cantidades considerables de azúcar.

Ante el gran hueco que existe ante la ausencia del Estado en realmente orientar a los consumidores, la industria se ha aventajado realizando recomendaciones de alimentación para la población.

Yakult2
 

Es el Estado quien debe garantizar los derechos de los consumidores, velar por el interés público y no favorecer a los intereses privados que afectan a toda la población, especialmente a la infancia.

 

Valoración general:

No recomendado para consumo habitual.

Se puede utilizar de forma esporádica o usarlo como postre.

 

Alternativa:

Una cucharada sopera de yogur natural proveniente directamente de búlgaros sin azúcar o con miel virgen.

Se puede utilizar también yogur natural ácido sin azúcar (para el yogur natural sí existe norma oficial que establece un mínimo de lactobacilos presentes en el producto).

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